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Trevor Noah: “La política se está convirtiendo en puro entretenimiento”

El cómico dirige 'The Daily Show' en Comedy Central tomando el relevo de Jon Stewart

Trevor Noah, presentador de 'The Daily Show' en Comedy Central.
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El estudio de Trevor Noah en el barrio neoyorquino de Hell's Kitchen tiene cuatro grandes pantallas que le sirven de ventana al mundo. De ahí toma las ideas con las que construye su sátira política. El problema es que la mayor parte del tiempo muestran lo mismo. “¿Cómo coño hemos llegado a esto?”, se pregunta el comediante sudafricano al ver cómo el magnate Donald Trump está dominando todo el arco informativo “con su poesía racista de nevera”.

Noah, que dirige el The Daily Show en Comedy Central desde que en agosto de 2015 el mítico Jon Stewart dejara un programa en el que llevaba 17 años, domina seis lenguas. “Sigo tratando de aprender algunas más”, asegura, “nuestro programa llega a 170 países”. Su equipo es muy diverso, como el público que acude al plató para verlo en acción. El comediante se define como un “outsider” y esta mezcla le permite hacer los chistes desde dentro y así lograr que el contenido que produce conecte con la gente. La mejor comedia, añade, está basada en la verdad y en el honestidad.

La gran dificultad en este momento para cualquiera en el oficio, dice, es ser “distintivo”. La realidad de la campaña electoral está demostrando ser más divertida que la propia comedia, por el grado de absurdidad que ha alcanzado el circo político. “Hay que identificar cosas muy sutiles para poder entrar y poder abrir desde ahí”, explica. Pero Trevor Noah advierte de que los políticos se están metiendo en su arena, porque saben que con los chisten consiguen más tiempo en la pantalla.

“Sí, es verdad que la política se está convirtiendo en puro entretenimiento y sí, es algo que puede alimentar el debate, pero no todo lo que dice Trump puede ser noticia”, lamenta. Por eso considera que en este momento el trabajo del comediante debe centrarse en romper con esa espiral y tratar de restar poder al candidato. “Es como si esta bestia fuera insaciable”, añade. Es algo que también vale para Ted Cruz. “La clave está en encontrar el punto que les pone nerviosos”.

The Daily Show with Trevor Noah acaba de cumplir su programa número cien. La audiencia, sin embargo, está por debajo del millón de televidentes en Estados Unidos. “Sería una ofensa hacia Jon Stewart si hubiera crecido”, comenta, “ahora de lo que se trata es de construir un nuevo legado”. Pero añade que la televisión en general en Estados Unidos está en línea descendente. “Hay múltiples maneras de consumir contenido y hay que saber entenderlas”, explica.

Noah, con 32 años recién cumplidos, está tratando de llegar a la generación de Snapchat con su nueva forma de hacer comedia. Este sudafricano de padre blanco y madre negra se muestra suelto, sin miedo ante la cámara. “He tenido que aprender a disfrutar”, admite. Su acento y el distintivo estilo con el que se presenta aporta frescura, lo que puede ayudar a captar ese público joven que pasa de la televisión. Pero esa aparente dulzura es un arma complicada.

La comedia en Estados Unidos se caracteriza por ser muy agresiva. De hecho, una de las críticas que se hacen a Noah es que su humor es demasiado suave. Entiende que quizás no muerda fuerte, pero considera que puede ser igual de efectivo al hacer cambiar la opinión de la gente. “En la naturaleza hay criaturas que no tienen dientes ni son venenosas pero son letales”, explica. Se ve por eso más como una boa que estrangula y engulle a su presa poco a poco.

El hecho de ser de origen africano tampoco le da carta blanca para hacer sátira sobre cuestiones raciales, algo con lo que jugó antes de llegar a Estados Unidos. “Siempre hice chistes del mundo que conozco”, señala, “se trata de saber dónde está la línea”. El objetivo último es hacer chistes “para reír juntos”. “Lo peor que puede pasar es que alguien coja uno de tus chistes y los utilice para hacer daño a una personas o a un grupo que no pretendías”, concluye, “pero si no hay tabús no hay comedia, por eso nunca tuve miedo a jugar con la raza”.

Debilidad por los zapatos de mujer

Trevor Noah es un comediante sencillo y muy inteligente. Pero su carácter es de gran complejidad. Como él mismo explica, su vida de niño fue divertida aunque estuvo también llena de dolor. Creció en una familia con muy pocos recursos en la Sudáfrica del apartheid. Eran cuatro hermanos, todos varones. “Yo era el pequeño y mi madre me trataba como si fuera la niña de la casa”, recuerda.

De ahí le llega la debilidad especial que tiene por los zapatos de mujer. “Lo que no me veo es vistiendo de mujer”, añade. Noah lleva trajes impecables de Tiger of Sweden. Las críticas, de hecho, le llueven hasta por su estilo europeo. “Cosas como estas me demuestran lo complicado que es cambiar a una audiencia”.

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