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Muere a los 93 años el actor estadounidense William Schallert

Su papel más relevante fue en 'Patty Duke' entre 1963 y 1966

Tommaso Koch
Gregory Peck y William Schallert, en 1979.
Gregory Peck y William Schallert, en 1979.AP

Los expertos suelen destacar hoy en día cuando un actor asume varios papeles en una sola temporada. Aquel que aparezca en tres o cuatro filmes relevantes es tachado enseguida de “nuevo objeto del deseo de Hollywood”. A saber qué definición habría que aplicar, entonces, al año dorado de William Schallert. De acuerdo, eran otros tiempos. Pero en 1959 logró hasta 57 papeles distintos, entre cine y televisión. “He hecho de abogado vicioso, extenista ciego, cura, psiquiatra, profesor, camarero o comandante de la marina. ¡Fue más de un rol por semana!”, relató el año siguiente a The Milwaukee Journal. A este ritmo, no debe sorprender que acumulara los casi 400 trabajos que le atribuye la web especializada Imdb y se convirtiera en secundario celebérrimo. Adoró tanto su profesión que nunca la quiso dejar: siguió actuando hasta el final. Hasta que el pasado domingo falleciera a los 93 años, en su casa de Pacific Palisades, como confirmó su hijo Edwin a medios estadounidenses.

Cuesta orientarse en tamaña marea de papeles. Cual lobo de mar de la actuación, Schallert navegó por pantallas grandes y pequeñas, así como escenarios de teatro, durante más de seis décadas. Hay, sin embargo, dos personajes con los que el intérprete ha sido identificado especialmente. Por un lado, Martin Lane, el padre de la serie sesentera Patty Duke —su protagonista, por cierto, falleció hace justo un mes—, su papel más conocido así como el 39º mejor progenitor de la historia de la televisión, según la lista que publicó Tv Guide en 2004. Y, por otro lado, el rol que más se quedó grabado en la memoria de los fans, según el propio actor: Nilz Baris. ¿Quién?, pensará la mayoría. Pero un puñado de trekkies suspirará al recordar al subsecretario de Agricultura de la Federación que entraba en cólera cuando descubría que los tiernos tribbles habían devorado todo el grano de los campos. Para aquel que siga sin entender, hay que acudir a The Trouble With Tribbles, el episodio de la serie Star Trek que la NBC emitió en diciembre de 1967.

Schallert nació el 6 de junio de 1922, en Los Ángeles. Su padre, Edwin, era un crítico y columnista del Los Angeles Times. Y su madre, Elza, trabajaba en la radio y escribía en revistas de cine. Rodeado por la cultura ya desde la cuna, el pequeño William apostó primero por ser compositor. Sin embargo, la llegada de la Segunda Guerra Mundial cambió también la suya, entre otros millones de vidas. Voló al frente, como piloto. Pero, a la vuelta, ya no aterrizó frente a un instrumento, sino en las tablas y los sets.

Debutó en el cine con Débil es la carne, en 1947: estuvo en el rodaje tres días, cobró 75 dólares por jornada, y su nombre ni salió en los títulos de créditos, según Variety. Pero empezó a acumular roles de todo tipo: de películas de ciencia-ficción como El ser del planeta X o El increíble hombre menguante a series como Superagente 86 o Aventuras de Pablito. De paso, llegó a trabajar a las órdenes de Charles Chaplin en su adaptación teatral de Rain, de Somerset Maugham.

Eso sí, solía interpretar personajes serios, con cierta autoridad moral, ya fueran padres, científicos, profesores o jueces. “A veces en televisión parecía que estaba en todos lados”, escribe The New York Times. Al fin y al cabo, el propio Shallert reconocía que nunca se puso demasiado estricto a la hora de escoger sus papeles. “No es la mejor manera de construir una carrera, pero he seguido haciéndolo y al final parece que funcionó”, contaba al mismo periódico en 2009.

Además de ser intérprete, también los defendió: fue presidente del Sindicato de Actores de Estados Unidos entre 1979 y 1981. A lo largo de su mandato, lideró una huelga del organismo de más de tres meses y fue clave en la creación de un comité para actores con discapacidades, por fin realizada en 1981.

Como su cara, su voz tampoco paraba de entrar en las casas de los estadounidenses. Dobló personajes de Los Pitufos y decenas de anuncios. Un día era la tostadora Milton, otro Abraham Lincoln. En series como Philip Marlowe o Los Walton su presencia era habitual; y aparecía como invitados en otras, como Perry Mason o las recientes Sexo en Nueva York y Cómo conocí a vuestra madre. En los últimos años todavía seguía participando en otra ficción televisiva, True Blood.

Ahora que Schallert ya no está, queda su recomendación para jóvenes aspirantes a intérpretes: “Asegúrate de que necesitas actuar. No basta con que te guste, ni con que quieras. Tiene que satisfacer una necesidad real que tengas”. Desde luego, él cumplió al pie de la letra.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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