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Caballero Bonald se reencuentra con Umbral

El poeta recibe el premio que lleva el nombre del autor de ‘Mortal y rosa’

Juan Cruz
El escritor José Manuel Caballero Bonald, en su casa de Madrid (2015.)
El escritor José Manuel Caballero Bonald, en su casa de Madrid (2015.) ALEJANDRO RUESGA

Casi contemporáneo (Francisco Umbral hubiera cumplido 84 años mañana, y Caballero Bonald tendrá 90 en noviembre), el autor de Mortal y rosa y el poeta de Jerez se encontraron pocas veces, pero se quisieron siempre en esa distancia que cuando se interrumpía se resolvía en guiños, en silencios y en admiración. Caballero Bonald admiraba a Paco, el escritor que revolucionó el lenguaje con el que contó la actualidad en el tardofranquismo y después. Y anoche reiteró su homenaje al compañero de barras y silencios. Fue en el acto en que el autor de Ágata, ojo de gato recibió el premio Francisco Umbral al mejor libro del 2015, otorgado por la Fundación que lleva el nombre de Paco y que convocan el Ayuntamiento de Majadahonda y Unidad Editorial; en El Mundo escribió Umbral hasta el final de sus días, agosto de 2007. Umbral fue el primer columnista de EL PAÍS cuando salió este periódico hace 40 años.

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El libro que mereció el galardón a Caballero Bonald fue Desaprendizajes (Seix Barral), un poemario desgarrado con el que Caballero prosigue su desvelamiento implacable de la realidad, sarcástico y misterioso como un barroco iluminado por la duda. Caballero puso a Umbral en la tradición de Quevedo, Larra, Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán…. “Se distinguió por crear un lenguaje especial, íntimo; era un heterodoxo, un desobediente que no siguió los cánones de la moda y gracias a ello se tomó todas las libertades, y las literaturas grandes están hechas por desobedientes”. En la obra de Umbral se halla un poeta, dijo Caballero Bonald, que “hace uso de la materia de la realidad para encontrar las grandes metáforas de la literatura”

En su discurso de gratitud, Caballero abrazó, sobre todo, Mortal y rosa, un texto rabiosamente autobiográfico, la expresión de un dolor íntimo “un libro que no tiene parangón en la literatura española del siglo XX”.

No se veían mucho, se admiraban. Lo dijo también María España, la viuda de Umbral, presidenta de su fundación. Fernando Rodríguez Lafuente, Manu Llorente, Santos Sanz Villanueva y Antonio Lucas glosaron la figura del autor de Desaprendizajes, por quien los años pasan con sabiduría. La presidenta de la Comunidad de Madrid, donde se desarrolló el acto, también intervino.

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