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CRÍTICA / DISCOS

Alegría y burla flamenca

Ezequiel Benítez logra en su segunda grabación pasar de lo liviano a lo grave y doliente

El flamenco puede contener la alegría, la burla y la chufla para tornarse grave y doliente. Que todos los matices quepan en una sola voz es privilegio de pocos. Ezequiel Benítez lo logra en su segunda grabación, que reúne bulerías como las de El Chaqueta, recortadas y acuplesadas; las de El Chozas, de personalísimo decir, y las de La Bolola, puro Jerez.

Junto a ellas, tientos, fandangos por soleá o del Pinto y alegrías de Aurelio. La punzada del dolor se cuela en una tanda de soleares. La elección de un diverso plantel de guitarristas (Rafael Rodríguez, Manuel Parrilla, Keco Baldomero, Javier Patino y Javier Ibáñez, Diego del Morao, José de Pura y Paco Cepero) hace que cada uno de los estilos suene con acento propio.

Quimeras del tiempo. Ezequiel Benítez. Autoproducido

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