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“Será un fracaso que los musulmanes sigan siendo extranjeros aquí”

Ignacio Cembrero publica el ensayo 'La España de Alá' sobre “la tercera invasión árabe”

Juan Cruz
Ignacio Cembrero.
Ignacio Cembrero.

Ignacio Cembrero, periodista, que durante años ejerció el oficio en EL PAÍS informando, sobre todo, de lo que ocurre el mundo árabe, publica La España de Alá (La Esfera de los Libros), un volumen escrito en primera persona sobre lo que ha averiguado de la “tercera invasión” de los árabes, que se produce cinco siglos después de la Reconquista. Como reza la portada del libro, “los musulmanes han vuelto. Son dos millones y siguen creciendo”. Entre nosotros, y no tan solo por la xenofobia, son extranjeros, y, dice Cembrero, “lamentablemente lo seguirán siendo si la educación no lo remedia. Y si eso pasa será nuestro fracaso”.

Hubo un momento en que parecía que la llamada primavera árabe iba a apaciguar las relaciones musulmanas con el resto del mundo. “Yo fui el primero en creerlo. Me equivoqué. Parecía que aquellas revoluciones iban a alumbrar algo positivo. Y sólo ha salido adelante, de manera frágil, en Túnez. Todo lo demás ha descarrilado hacia una reforma muy violenta, como ocurre en Siria”. Esa primavera no se tornó tan solo en invierno, o en infierno, “sino en tragedia, en un verano caluroso, con tornados y con muchos muertos, en todas partes. Incluso en Egipto. Creo que todos nuestros vecinos van por muy mal camino. Y la onda expansiva de esos terremotos que padecerán nos alcanzará”.

España ya tuvo experiencia de esos tornados valientes, el 11-M, asunto ampliamente expuesto en el libro. “Como español estoy orgulloso de lo que pasó aquí después del 11-M… “Prácticamente no hubo incidentes luego, no hubo nada de lo que tengamos que avergonzarnos. Curiosamente la islamofobia está subiendo ahora, tras los atentados en Francia y Bruselas, y no después del atentado en España”. La islamofobia es mayor en Francia, en el Reino Unido, en los Países Bajos, “aquí es de baja intensidad, como lo es la movilización yihadista, por mucho que el ministro del Interior nos alarme con sus declaraciones”. Así que, dice Cembrero, “estamos en condiciones de absorber el problema migratorio musulmán en todas sus facetas mucho mejor que nuestros vecinos”.

Pero la integración parece difícil. “Es casi imposible hoy en día. Más que integración yo lo llamaría la participación de los musulmanes en las instituciones, en la sociedad civil, etcétera. Donde sí existen es en Ceuta y Melilla. Aunque a mi juicio con una coexistencia y una participación excesivamente baja… En Europa sí tienen, y aquí aun no tenemos, figuras musulmanas que destaquen en sus respectivos mundos, también en la política. Es muy importante que estén, sobre todo en la política”.

Muchos de los interlocutores de Cembrero le dicen que querrían que España fuera de veras un Estado laico. Pero eso contradice sus prácticas y sus aspiraciones. “La mayoría de responsables musulmanes son partidarios de un Estado más laico. España es un Estado aconfesional que privilegia a la Iglesia católica. Y esos musulmanes creen que estarían más protegidos por un Estado laico”.

¿Cree usted que estos musulmanes que vienen serán extranjeros para siempre? “Pues depende más de nosotros que de ellos. Espero que no, que compartan los valores de este país con todos sus matices, y eso pasa en buena medida por la educación. Desgraciadamente la tasa de abandono escolar de los musulmanes es alta. Pero si dentro de 30 o 40 años siguen siendo extranjeros habremos fracasado todos. En la parte que nos toca, debemos aceptar la multiculturalidad. El mundo está lleno de ejemplos del beneficio que llevan los emigrantes a los países. Pasa en Estados Unidos y Canadá. Y Alemania no sería la que es si no hubieran ido allí tantos emigrantes”.

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