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Una megaestrella… 400 años después

Alcalá de Henares se colapsa en el Día del Libro y en los actos de homenaje a su más célebre ciudadano

Borja Hermoso
Visitantes en la Casa de Cervantes, en Alcalá de Henares, hoy sábado 23 de abril.
Visitantes en la Casa de Cervantes, en Alcalá de Henares, hoy sábado 23 de abril.ULY MARTÍN

¿Fue el más grande de los escritores? ¿Ganó a pulso o fue una extravagante exageración la inclusión en el DNI de la coletilla Príncipe de los ingenios?¿Nació de verdad en Alcalá de Henares Miguel de Cervantes Saavedra o lo hizo en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), donde aseguran que tienen otra acta bautismal con ese nombre? ¿Y fue en 1547, como rezan los papeles alcalaínos de la iglesia de Santa María la Mayor o sucedió en 1558, como sostienen los defensores de la tesis manchega?

¿Es el Quijote el mejor personaje parido en la historia de la literatura y sus andanzas junto al panzudo Sancho la mejor novela de nuestro tiempo y de todos los demás? Para gustos se hicieron colores.

¿Qué hacía hoy, sábado, una cuadrilla de chinos haciéndose fotos a las diez de la mañana junto a la estatua de la pareja más famosa de los libros? ¿Y un grupo de estudiantes de la Universidad de Texas haciendo cola para entrar a ver la supuesta morada de Rodrigo Cervantes y Leonor de Cortinas, padres de la criatura? ¿Y la señora Luisa, vecina del casco antiguo de Alcalá desde hace 38 años ("pero nunca había venido a la casa de Miguel", —Miguel es Cervantes—, "chico, no sé, siempre la falta de tiempo") insistiéndole al cámara de Telecinco para que la sacara, y que la sacara guapa, además? ¿Qué llevará en la cabeza una niña de cinco años, Nerea Popescu, de 1º B, por ejemplo (autora de uno de los miles de cuadernos que colgaban sobre el jardín de entrada a la casa natal del genio), cuando el profesor le pide que escriba sobre el Quijote?

¿Por qué cunde siempre la sensación de que, en día así, en estas mañanas de Premio Cervantes, solo los susodichos premios Cervantes (como Fernando del Paso con su demoledor, bello e iconoclasta discurso) y sus familiares, amén de algún irredento de la causa, están realmente interesados por lo que ocurre en el paraninfo complutense más allá de recordar viejas amistades y rencillas, establecer futuras citas "porque nos tenemos que poner al día" o simplemente cumplir con el cargo, ya seas rey, presidente en funciones o jefe de la oposición en funciones? ¿Por qué el guateque de cada 23 de abril es un acto social en lugar de literario?

Y ¿por qué tantos honores a la bandera, tanto legionario y tanto himno en un lugar de cuyo nombre mañana domingo ya casi nadie quiere acordarse? ¿Se entiende que por la condición de soldado herido del homenajeado, y no hablamos de Fernando del Paso, sino del propio Cervantes, militar herido por un arcabuzazo en el brazo izquierdo cuando guerreaba en Lepanto a las órdenes de Juan de Austria?

¿Por qué no sabemos a ciencia cierta si la cara de Cervantes en el retrato oficial de Juan de Jáuregui es de verdad la cara de Cervantes?

Y después de tanta pregunta, al grano. No sabemos casi nada del manco de Lepanto más allá de su libro inmortal y de ahí tanta interrogante, pero la única verdad es que Alcalá de Henares parecía una de esas clásicas fotos de paso de cebra en Manhattan donde la gente no cabe. Terrazas llenas, los comerciantes sacando sus mercancías a la calle en una reedición de la histórica aljama alcalaína, las cigüeñas al sol en sus torres puntiagudas y las casetas de la feria del libro atiborradas de visitantes, no es tan seguro que de compradores.

A eso de las once y cuarto, la corporación municipal puso una corona en la estatua de Cervantes, en la plaza del mismo nombre, antigua Plaza del Mercado. El alcalde, Javier Rodríguez Palacios (PSOE), dijo dos cosas a los reunidos debajo del escritor, recortado en el cielo azul. Una: “Esta corona la ponemos por acuerdo de todos los partidos políticos”. Un consenso, más literario, patrimonial y circunstancial que político, pero consenso al cabo, lo que, visto el estado de cosas, hay que valorar en su justa medida. Dos: “Y ahora pueden aplaudir”. Y la gente aplaudió.

Nativos y foráneos se agolpaban desde por la mañana en las vallas para ver pasar a los Reyes y al presidente Rajoy y a la presidenta Cifuentes ("¡presidenta, guapa, que estás más guapa sin maquillaje!", lanzaba una señora elegante; "¡Rajoy, a ganar otra vez!", se desgañitaba un abuelete desde debajo de su visera y desde detrás de sus gafas ahumadas). La tuna, esa cosa ignota que pervive como pervive el carcharodon carcharias (tiburón blanco) sin haber evolucionado en millones de años, canturreaba delante de Felipe VI y de doña Letizia: “Alcalaaaaá de Henareees, de la lengua y la cultura tú eres gloriaaaaa”.

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se saludaron de manera digamos más que adusta, y eso porque ejerció de mediador el exministro de Educación Ángel Gabilondo.

El presidente en funciones y el Rey en plenas funciones hablaron de deportes durante el aperitivo en los jardines del paraninfo.

El director de la Real Academia de la Lengua, Darío Villanueva, pronunció una de las frases del día, la más literaria y la que más a cuento venía: “El Quijote es un libro sapiencial que le dice a la vida de hoy lo que conviene hacer”. El director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, reconocía a media voz: “Qué día tan bonito… 400 años de la muerte de Cervantes, sí, pero también 400 años de un entierro pobre: el suyo, porque cuando murió no era la estrella que es hoy… la estrella era Lope de Vega”.

El camarero del mesón Las cuadras de Rocinante, junto a la calle Mayor, colocaba los vasos y se afanaba en espera de la muchedumbre. Alcalá se colapsó en el homenaje a su hijo predilecto con conciertos, talleres, representaciones teatrales, exposiciones, mercadillos, lecturas públicas y yinkana en honor al alcalaíno universal, al soldado, novelista, poeta y dramaturgo que esto escribió en el prólogo de las Novelas ejemplares:

“Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa, y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis…”.

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Sobre la firma

Borja Hermoso
Es redactor jefe de EL PAÍS desde 2007 y dirigió el área de Cultura entre 2007 y 2016. En 2018 se incorporó a El País Semanal, donde compagina reportajes y entrevistas con labores de edición. Anteriormente trabajó en Radiocadena Española, Diario-16 y El Mundo. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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