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James Franco: “El 11-S sería el momento que querría cambiar”

El actor protagoniza la serie '22.11.63', basada en la novela de Stephen King

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Si existe un momento en la historia de Estados Unidos en el que el tiempo se detuvo ese fue el asesinato de John F. Kennedy. Un 22 de noviembre de 1963, a las 12.29 hora local, Lee Harvey Oswald disparaba la primera bala. A la una, lo impensable era una realidad: el entonces presidente de los Estados Unidos había muerto. Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos echar marcha atrás? Esa es la pregunta que Stephen King hizo a sus lectores con 22.11.63 y que ahora JJ Abrams traslada al público con esta miniserie de ocho episodios que produce junto con Bridget Carpenter y que protagoniza James Franco.

“El libro me gustó tanto que le pedí a un amigo el correo de Stephen King para conseguir los derechos pero JJ se me adelantó”, cuenta a EL PAÍS el actor californiano. Siempre multifacético, Franco hizo de su derrota una victoria escribiendo un análisis sobre el libro de King, artículo que cayó en manos de JJ quien no pudo más que ofrecerle el papel de Jake Epping, el profesor de instituto recientemente divorciado que tiene la posibilidad de viajar al pasado para detener el asesinato de Kennedy.

Nacido 15 años después del magnicidio, Franco no se plantea por qué echar marcha atrás para cambiar esta fecha y no alguna otra de las que han hecho historia. “Es la pregunta del millón y si quieres mi respuesta, no sabría por dónde empezar”, afirma. “Pero veo lógico que King vuelva a este momento porque él estaba vivo cuando Kennedy murió asesinado y vio la devastación que creó. Fue su 11-S. Para mí probablemente el 11-S sería el momento que querría cambiar”, llega a la conclusión. Sin embargo está contento con revisitar esos años sesenta que en la distancia se han convertido en algo legendario, “como Marilyn Monroe o James Dean”. Haciendo suyos los comentarios de Chris Cooper, su compañero de reparto, 22.11.63 ofrece la oportunidad de educar a la audiencia sobre los pormenores de un acontecimiento que muchos prefieren olvidar. “Y para conspiroparanoico, yo. Soy muy susceptible a esas ideas”, se ríe de las muchas teorías sobre el asesinato.

Rodada en Ontario (Canadá) utilizando también exteriores de Dealey Plaza donde tuvieron lugar los disparos, para Franco 22.11.63 es también su vuelta a la televisión, medio en el que se dio a conocer con series como la incomprendida Freaks & Geeks de Judd Apatow antes de ser el actor de moda, candidato al Oscar con 127 horas además de profesor, escritor, director o, simplemente, artista en todos los campos. “La televisión me volvió a interesar tras leer Hombres fuera de serie sobre muchos de los showrunners de esta tercera edad de oro del medio. Especialmente Vince Gilligan, David Chase o David Simon. Pero sobre todo ante los nuevos modelos televisivos, con un número limitado de episodios y para canales de cable o de streaming”, recuenta el intérprete de una serie cuya emisión original en Estados Unidos es en streaming en Hulu pero estrenando un episodio nuevo semanalmente.

Confiesa que hasta ese momento la televisión no era lo suyo ni como espectador pero que enseguida se puso al día viendo en maratón Juego de tronos, Los Soprano, The Wire, Boardwalk Empire, Girls, Fargo, Transparent, Friday Night Lights –“porque es de Brigitte”, recuerda- Bloodline, House of Cards, Narcos y, “obviamente” Breaking Bad. No se deja una. “Como me dijo mi ahora amigo del teléfono Cormac McCarthy cuando adapté su libro Child of God, en cine no se hacen novelas sino cuentos cortos. Solo se cuentan novelas en televisión”, sentencia. Novelas que incluso dirige en el caso de 22.11.63. “Esa era mi idea original, cuando escribí a King. Y a JJ le gustó. Una verdadera lección de colaboración porque en una serie, como director, eres uno más en la cadena escribiendo una historia que ya está escrita”, resume.

Las puertas del tiempo

Desde Dr. Who hasta El Ministerio del Tiempo pasando por series como Outlander o Doce monos, los viajes en el tiempo nunca estuvieron antes tan de moda en televisión. "Son un gran elemento narrativo", añade Franco a sabiendas de que en el día a día pueden estar más cerca de lo que parece. "Quizá para cuando nuestros hijos sean mayores", aventura optimista tras participar en un panel sobre realidad virtual. Eso sí, Franco no está interesado en estos viajes más allá de en la pantalla. "Suenan muy románticos, siempre lo pasado fue mejor, pero ya lo vimos en Midnight in Paris. Como te descuides te puedes ver sin antibióticos", se ríe.

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