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En un país llamado Magán

El Arqueológico expone más de 260 piezas, la mayoría mostradas por primera vez, procedentes de las excavaciones en el emirato de Sharjah

Manuel Morales
Figura de terracota de un hombre recostado, del siglo I.
Figura de terracota de un hombre recostado, del siglo I.VÍCTOR CID / VISORVIDEO.TV

Érase una vez, en la lejana península de Omán, hubo un país que se llamaba Magán, muy rico en cobre, cuyos habitantes se dedicaban al pastoreo, a la pesca y al cultivo del trigo y cebada, que vivieron en casas de adobe y desarrollaron una ingeniería hidráulica que les permitió construir galerías para regar sus cosechas. Esa es, grosso modo, la historia que cuenta el Museo Arqueológico Nacional en la exposición En los confines de Oriente Próximo. El hallazgo moderno del país de Magán, que puede visitarse hasta el 29 de mayo. Bajo este título se recorre la historia de una civilización milenaria a través de paneles, vídeos y maquetas, y se muestran más de 260 piezas (herramientas, monedas, armas, cerámica, orfebrería…) halladas en las últimas dos décadas en excavaciones de grupos de arqueólogos de varios países, entre ellos uno español —de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)—, en el emirato de Sharjah, cuyo territorio corresponde, más o menos, al antiguo Magán.

“La mayoría de estos objetos, más del 90%, se exponen por primera vez”, subraya la comisaria adjunta de la exposición, Carmen del Cerro. “Ni siquiera se han visto en el emirato porque muchos se han extraído recientemente”. En la primera vitrina, se encuentra una de las piezas más importantes de la muestra, aunque por su tosquedad no lo parece. Se trata de una rudimentaria hacha de sílex del 123.000 a. C., hallada por arqueólogos alemanes. El grupo español, perteneciente al departamento de Historia Antigua de la Facultad de Filosofía y Letras, ha trabajado desde su llegada al emirato, en 1994, en un poblado de la Edad del Hierro (entre el 1.300-300 a. C.), en la región de al Madam. “Era un periodo del que no se conocía nada, y  decidimos averiguar cómo vivían los hombres de entonces”. Desde el V milenio se calcula que ya había asentamientos humanos en la zona.

Del Cerro, directora de la excavación española desde 2014, explica la importancia que tuvieron los yacimientos de cobre para los habitantes de Magán. “En los textos de Mesopotamia se cuenta que traían esa materia prima, junto a piedra dura y madera, en barcos desde un lugar llamado Magán porque ellos no las tenían”. Además del intercambio comercial, el cobre se usaba para obtener el bronce con el que se fabricaban puntas de flecha y de lanzas mostradas algo más adelante.

Estos asentamientos humanos se convirtieron en poblados estables "cuando sus habitantes aprendieron las técnicas hidráulicas". "Construyeron canales subterráneos, llamados falaj, para trasladar el agua allí donde les interesaba”. Precisamente, en al Madam hallaron los españoles un conjunto de esas vías, datadas entre el 900 y el 850 a. C. "Es la obra hidráulica más antigua de toda la región y está excavada por completo, conservada en todos sus tramos".

Este hallazgo llevó a otro. “Veíamos que las casas del poblado eran muy resistentes. No eran de un adobe normal, sino una piedra más resistente que no estaba en la superficie. Así, descubrimos una instalación, que tiene 900 metros cuadrados, en la que trabajaban el adobe, algo que no se ha encontrado en todo Oriente Próximo". Y había una nueva sorpresa: los arqueólogos encontraron en esa instalación huellas petrificadas de manos y pies, del 800 a.C., que habían dejado los trabajadores de la fábrica de adobe cuando aquel lugar se secó y quedó inservible. "Hay cientos de huellas, la mayoría de niños. No sabemos si los usaban para amasar, como si fuera un juego". Todas estas investigaciones están explicadas en las salas dedicadas a la labor española en la zona. Unos trabajos que ha financiado "en un 80%" la Dirección de Antigüedades del emirato de Sharjah. Además, hay unas pequeñas aportaciones del Vicerrectorado de la Autónoma y del Ministerio de Cultura.

El dinero también está en las vitrinas de la exposición con pequeñas monedas de oro, plata y cobre, fechadas entre el 300 a. C. y el 350 d. C. Y como en todo pueblo antiguo, la religión está muy presente, con otro de los objetos más interesantes, una réplica de una estela funeraria (250 a.C.-150 a.C.) con una inscripción bilingüe: en sudarábigo y arameo. “Ese texto está escrito por alguien que dice ser sacerdote del rey de Omán”. Más adelante se suceden preciosidades como una cantimplora de arcilla vidriada, peines de marfil, pequeñas placas en hueso decoradas o una figurita en terracota de un hombre recostado… todo del siglo I.

Esta civilización, aunque con otro nombre, se mantuvo en la época grecolatina. El recorrido del Arqueológico se detiene en el siglo VI, la era preislámica. Entonces, la historia y las arenas rojizas sepultaron al país de Magán, del que ahora se reconstruyen las imágenes y voces de quienes allí vivieron y murieron.

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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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