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Bicis de cine

Un repaso por 10 películas donde las dos ruedas son protagonistas de imágenes casi míticas

Vídeo: Noelia Núñez
Gregorio Belinchón

En España, la bicicleta forma parte fundamental de la memoria colectiva audiovisual: aquellos tours de Ángel Arroyo y Perico Delgado antes de que llegara el robot Induráin vistos en la tele a la hora de la siesta, el ir y venir de la chavalada de Verano azul, la mítica serie de Antonio Mercero… Y por supuesto, el cine. En la gran pantalla han triunfado todo tipo de manillares, ruedas, pedales y viseras (inolvidable la gorrilla que portaba el preso encarnado por Luis Zahera en Celda 211). Hacemos un repaso por algunas películas ciclistas que, cuesta abajo y sin frenos, podrían ser 20, 30, 40…

Ladrón de bicicletas (1948) Vittorio de Sica cambió las historia del cine con esta amarga película sobre la búsqueda de un obrero y de su hijo de la bicicleta que le han hurtado. Nunca una posguerra fue tan deprimente.

Muerte de un ciclista (1955) Juan Antonio Bardem hace estallar por los aires una relación de pareja: la chispa la causa un accidente en el que no ayudan a un ciclista tras atropellarlo. Una de las obras maestras del cine español.

E. T., el extraterrestre (1982). Si te cansas de pedalear, tu amigo del espacio exterior puede hacer que tu bicicleta vuele y ofrezca una hermosa silueta con la luna de fondo. Al menos a Elliott le funcionó.

Los bicivoladores (1983). Hubo un tiempo en que los adolescentes más molones montaban BMX. Si a eso lo sumas una joven Nicole Kidman y grupo de atracadores de bancos ya tienes película.

Las bicicletas son para el verano (1984). Jaime Chávarri lleva a la gran pantalla la enorme obra de Fernando Fernán-Gómez, que cuenta la vida de un chaval durante la Guerra Civil Española.

Cinema paradiso (1988). Otra imagen mítica del cine de bicicletas, por obra de Giuseppe Tornatore: la del proyeccionista que encarnaba Philippe Noiret paseando en el manillar al pequeño Totò.

El cartero (y Pablo Neruda) (1994). Pues sí, el humilde empleado de correos que absorbía el talento del genial poeta chileno se trasladaba de un lugar a otro en bicicleta, medio de transporte que también usaba el protagonista de La vida es bella (1997), con el que se cantaba al amor en Dos hombres y un destino (1969) o se gana la vida el mensajero de Sin frenos (2012).

La bici de Ghislain Lambert (2001). ¿Qué ocurre si en los años setenta eres un ciclista profesional belga pero sin el talento y la fortaleza de Eddie Merckx? Eso le pasaba en esta delirante tragicomedia a tal Lambert (Benoît Poelvoorde), que recurría a todo tipo de ayudas ilegales para rascar algo en las metas.

La bicicleta (2006). Curiosa película de Sigfrid Monleón en la que a través de una bicicleta que va cambiando de dueños disfrutamos de tres historias protagonizadas por personaje de tres edades muy distintas.

La bicicleta verde (2012). El primer largometraje filmado íntegramente en Arabia Saudí, y encima por una directora, Haifaa Al Mansour. Una niña decide competir en un concurso de recitado del Corán para conseguir el suficiente dinero para comprar su ansiada bicicleta verde.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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