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James Levine se retira como director musical del Metropolitan Opera

El maestro abandona su cargo por problemas de salud tras 40 años al frente de uno de los principales teatros del mundo

James Levine, en una imagen de 2001 en Japón.
James Levine, en una imagen de 2001 en Japón. REUTERS

Tras cada nueva recaída de James Levine (Cincinnati, Ohio, 1943) siempre se esperaba su recuperación. Reaparecer y rehacerse, pero sin atisbo de renuncia. Un verdadero ave fénix de la dirección orquestal tan querido por todos. Pero después de 15 años de graves problemas de espalda unidos a la enfermedad de párkinson, el maestro norteamericano ha decidido anunciar su retirada como director musical del Metropolitan Opera al final de esta temporada. Casi 40 años al frente de los designios musicales del principal teatro operístico de Norteamérica y uno de los más importantes del mundo. Curiosamente, Levine anunció su retiro a los músicos de la compañía y no a la prensa. Convocó a los miembros de la orquesta y coro del Met el jueves por la tarde en una sala de ensayos, el List Hall, y explicó con franqueza la situación. Se va por problemas de salud, pero también por su amor al Met. Citó una carta de Samuel Beckett sobre la integridad artística, esa noción que le ha llevado a guiar su carrera más por las tripas que por la cabeza. Hubo algunas lágrimas, pero todos terminaron ovacionando al maestro puestos en pie. Alan Gilbert, director de la Filarmónica de Nueva York, ha resumido con precisión en su cuenta de Twitter lo que significa este retiro: "No es solo el final de una era, es el final de La era".

Levine ha sido el responsable de todo lo bueno que ha sucedido musicalmente en el Met en estas cuatro décadas. Ha actualizado el repertorio de la compañía, ha aportado una identidad al teatro, creado el sonido de su orquesta y coro, pero también ha impulsado las carreras de muchos cantantes hoy convertidos en parte del Met, como Renée Fleming, que actuaba en el Teatro Real de Madrid mientras se conocía la renuncia de Levine. Los números del maestro norteamericano al frente del Met son de auténtico récord, pues no solo lleva 40 años como director musical, sino que ha dirigido 2.551 funciones hasta la fecha y con un extenso repertorio que abarca desde Mozart y Rossini hasta la música contemporánea, y que tiene en Verdi y Wagner dos de sus referentes. Debutó en el teatro del Lincoln Center en 1971, dirigiendo Tosca con Grace Bumbry y Franco Corelli. Su rendimiento en el foso fue tan impresionante que dos años más tarde ya era director principal de la compañía. Y en 1976 se convirtió, tras Rafael Kubelik, en el director musical del Met. Incluso entre 1986 y 2004 ostentó la responsabilidad adicional de director artístico.

El teatro neoyorquino ha sido su vida, aunque Levine también ha tenido una importante carrera como director sinfónico o ha colaborado con los principales festivales europeos. Trabajó entre 1964 y 1970 como asistente de George Szell en Cleveland. Esos años le permitieron desarrollar un perfil de director de podio que combinó con sus primeros años en el Met. De los setenta datan precisamente muchas de sus mejores grabaciones sinfónicas de Schumann, Brahms o Mahler para RCA donde colaboró con la Sinfónica de Chicago o con la Orquesta de Filadelfia. A partir de los setenta también actuó en los principales festivales europeos, como Salzburgo y Bayreuth, pero también al frente de la Filarmónica de Viena. Dirigió en 1976 una producción de La clemencia de Tito en Salzburgo y fue responsable musical en 1982 de la producción del centenario de Parsifal en Bayreuth, donde regresó en 1994 para dirigir el Anillo. En 1999 se convirtió en el sucesor de Sergiu Celibidache al frente de la Filarmónica de Múnich, puesto que cambió en 2004 por el de sucesor de Seiji Ozawa al frente de la Sinfónica de Boston. No obstante, cuenta entre sus hitos más populares con la aparición en la película de animación Fantasía 2000 de Disney o la dirección de Los Tres Tenores en 1998.

En 2011 sus problemas de salud se hicieron insostenibles. Se vio obligado a renunciar a su puesto en Boston tras una grave afección vertebral que le mantuvo apartado de los escenarios hasta 2013. Pero Levine regresó al Met y se mantuvo firme en sus deseos de dirigir a pesar de tener que contar con la ayuda de los músicos de la orquesta, los cantantes y el coro por sus problemas para controlar el brazo izquierdo. Con su retirada se convierte en director honorífico, pero seguirá dirigiendo hasta que le quede energía. Seguirá al frente de Simon Boccanegra y Rapto en el serrallo y la próxima temporada se le podrá ver al frente de Italiana en Argel, Nabucco e Idomeneo. En los próximos meses se anunciará su sucesor, aunque todos los pronósticos apuntan al director musical de la Orquesta de Filadelfia, el canadiense Yannick Nézet-Séguin.

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