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Jonás Cuarón | Director de cine

El director de ‘Desierto’: “Trump tiene un orgasmo cada vez que escucha su nombre”

El cineasta estrena 'Desierto' en México, una cinta de acción con Gael García Bernal sobre el drama de la migración

Luis Pablo Beauregard
Jonás Cuarón, director de 'Desierto'.
Jonás Cuarón, director de 'Desierto'.Saúl Ruiz

La primera vez que Jonás Cuarón y Gael García Bernal hablaron de la idea de hacer una película sobre el drama migratorio que se vive en la frontera entre México y Estados Unidos Donald Trump no había dejado todavía el plató de El Aprendiz y su asalto a la Casa Blanca era solo un sueño salvaje. Esa película se ha concretado. Se llama Desierto y llega este viernes a las salas de México presumiendo un gran tino. La historia de un grupo de migrantes indocumentados que huye de un vigilante en la frontera ha caído como anillo al dedo para ser la estampa de las palabras racistas que Trump suelta contra los mexicanos cada ocasión que se le presenta. La película parece estar dirigida al aspirante republicano, pero según su joven director, muestra algo más preocupante porque encaja con un discurso de odio que siempre encuentra un vocero.   

Pregunta. ¿Donald Trump le ha servido como herramienta de promoción de Desierto?

Respuesta. No, al contrario. En el teaser que hicimos era importante ilustrar el nivel de odio de este tipo, pero trato de hablar de él lo menos posible. Creo que cada vez que oye su nombre tiene un mini orgasmo.

P. La gente ha identificado a Desierto como la cinta anti Trump.

R. Lo que más miedo me da del discurso de Trump no es que venga de él, sino que hay muchos otros políticos como él. El tráiler salió en Estados Unidos en diciembre y desde entonces ha generado una cantidad de comentarios súper racistas. Trump solo alimenta una ideología que está en la sociedad de Estados Unidos y en el resto del mundo. Sería muy hipócrita como sociedad decir que este es un problema solo de los gringos. El trato que México le da a los centroamericanos es igual o mucho peor que el que reciben los mexicanos en Estados Unidos.

P. ¿Ese fue su punto de partida, ilustrar el discurso de odio en Estados Unidos?

R. Estilísticamente fue hacer una película de género. La idea surgió de la época de promoción de la película Temporada de Patos (2004), donde sale mi hermano. Lo acompañé a Tucson y nos llevaron al consulado. Me interesaron mucho las historias y comencé a leer sobre la temática migratoria. Vivía en Estados Unidos y empezaban las leyes antimigrantes, como la de Arizona, con toda esta retórica de odio que siempre ha existido. Sentía que se habían hecho muchas películas sobre eso, pero yo quería llegar a un público más grande, incluso a los racistas y xenófobos. Fue cuando se me ocurrió disfrazar esto de una película de acción.

P. Cuando la película se mostró en Toronto muchos críticos estadounidenses tuvieron problemas para entender el papel que interpreta Jeffrey Dean Morgan.

R. Hubo gente que me dijo que le hubiera gustado entender el backstory de Jeffrey. Con Desierto y Gravity traté de responder a esta enfermedad de Hollywood de que todos los personajes tengan una historia detrás. Quería que la acción fuera en presente. Sí filmé este tipo de historias para todos los personajes, pero en el momento de la edición no las metí porque no hay historia que justifique las acciones de Jeffrey. Y lo mismo con los migrantes. Por más que hayan hecho cosas horribles, nada justifica que te asesinen de esa manera.

P. El cineasta Amat Escalante lo asesoró en las escenas violentas. ¿Por qué?

R. Era importante mostrar la muerte a cámara. Siento que si haces una película de esta temática, de violencia, debes mostrarla de la manera más cruda y realista posible. Tengo un hijo de 8 años y tengo que chutarme muchas películas de súper héroes. Me sorprende que la violencia termina convirtiéndose en balas de hule y terceros cayendo a la distancia.

P. ¿Le preocupa la promoción de la película en Estados Unidos?

R. No. Cuando hicimos las exhibiciones de prueba yo creía que el público gringo se iba a salir enojadísimo de las salas, pero la acaban viendo como si fuera otra película slasher. Generé el teaser porque mi esposa es gringa, mis hijos son gringos, y a mí me aterra el escenario político en Estados Unidos justo como mi esposa se preocupó de que yo como mexicano tuviera que cargar con Peña Nieto. A los medios liberales se les olvida el nivel de racismo que hay en Estados Unidos. Mientras más de eso se ponga bajo la lupa más conciencia se generará.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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