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teatro

¿Cómo hacer teatro después de ver cientos de películas?

La Tristura propone una nueva transgresión de las normas escénicas con su obra ‘CINE’

Raquel Vidales
Una escena de la obra 'CINE', de la compañía La tristura.
Una escena de la obra 'CINE', de la compañía La tristura.MARIO ZAMORA

A la entrada del patio de butacas los acomodadores reparten auriculares entre el público. “Son necesarios para el seguimiento de la función”, reza el programa de mano. Es la primera señal de que CINE (así, en mayúsculas) no es una obra de teatro convencional. Desde su fundación, hace 12 años, la compañía madrileña La Tristura se ha distinguido precisamente por su huida del teatro convencional: huida de la representación postiza y el cartón piedra. “La mayoría de las personas que conozco, gente interesada en general en el arte y la literatura, no van al teatro. Les incomoda, lo sienten falso, acartonado. Intentamos hacer teatro para esa gente”, afirma Celso Giménez, miembro de La Tristura.

Con esta premisa esta compañía formada por jóvenes recién entrados en la treintena ha logrado convertirse en un referente del teatro transgresor. Así como lo fueron Rodrigo García, Angélica Liddell o Roger Bernat en su inicios. Esta noche da el salto al Festival de Otoño a Primavera de Madrid con el estreno de su nueva producción, CINE, un título que se explica por dos razones. “Por un lado, el término cine viene del griego kiné, que significa movimiento: el viaje que inicia el protagonista en busca de su origen, que no conoce por ser adoptado”, relata Giménez, coautor del texto y la puesta en escena junto con Itsaso Arana. “Y por otra parte, el cine está presente de forma estética. Hay escenas que remiten a imágenes icónicas que todo el que se haya criado viendo películas tiene grabadas”, añade Arana, que también interviene como actriz.

'CINE', de la compañía La tristura.
'CINE', de la compañía La tristura.

El cine tiene también que ver con los auriculares que se entregan al principio de la función. “Queríamos que el espectador estuviera tan cerca de lo que pasa en escena como cuando en pantalla ve un primer plano. Pero en el teatro es imposible hacer un primer plano. Así que decidimos ofrecer un primer plano sonoro: todo lo que se habla en escena se escucha por los auriculares”, explican.

CINE es un nuevo fruto del perpetuo trabajo de investigación que realiza esta compañía desde su fundación. “Tenemos la responsabilidad de conocer la tradición escénica, pero también de hacerla avanzar. En este caso, nos hemos planteado cómo hacer teatro teniendo tanto cine en la cabeza. No podemos ignorar eso, igual que otras artes como la fotografía o la literatura no han podido hacerlo. Igual que la radio no pudo ignorar a la televisión”, dice Giménez.

En la obra confluyen monólogos, diálogos, poesía y música en directo. De hecho, el papel protagonista no lo interpreta un actor profesional, sino un músico, Pablo Und Destruktion, arropado por dos grandes actrices, Itsaso Arana y Fernanda Orazi. También hay niños como en anteriores montajes de la compañía. Todo tiene que ver con su huida de la representación, aunque eso pueda parecer una paradoja en el teatro.

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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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