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Pedro Almodóvar según Antonio Banderas

Director y actor van a coincidir en cartelera con filmes distintos

Los dos van a coincidir en la cartelera con películas distintas. Antonio Banderas estrena esta semana Altamira, la historia de Marcelino Sanz de Sautuola, el descubridor de la cueva y de las pinturas rupestres de Santillana del Mar. Siete días después llega Julieta, la nueva y esperada vuelta de Pedro Almodóvar, un drama centrado en el universo femenino. Pero durante los años 80 del siglo XX, sus nombres estaban irremisiblemente unidos. Almodóvar vio en ese joven malagueño el actor que necesitaba para protagonizar sus películas y así fueron naciendo títulos como Laberinto de pasiones, Matador, La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios y ¡Átame! En 2011, más de veinte años después de su última colaboración, volvieron a trabajar juntos en La piel que habito.

“Almodóvar abrió una reflexión en mí enorme”, afirma sin dudar Antonio Banderas. “Yo venía de un Madrid en el que iba a los pubs de Lavapiés donde estaban los cantautores con las barbas y las camisas de cuadros y de repente me alié con un grupo que apostaba por el color, por lo punk y por romper con todo el pasado”.

El domingo 3 de abril TCM emite una entrevista en exclusiva con Antonio Banderas, una charla que tuvo lugar en su casa de Londres y en la que el actor malagueño habla de su pasado, presente y futuro profesional y, sobre todo, de su estrecha relación profesional con Pedro Almodóvar.

En lo cinematográfico, según el actor malagueño, Almodóvar fracturó todas las estructuras y reglas artísticas que había, hasta entonces, en el cine de nuestro país. “Siempre que algo nuevo llega, te produce incomodidad”, explica. “El espectador tiene la tendencia a sentirse a gusto y cómodo, reconociendo los lenguajes. Sabes que detrás de la A viene una B y luego una C. Pero Pedro saltaba de la A a la Z pasando por la T y metía números en medio”.

Pero a diferencia de muchos otros que consideraron a Almodóvar un fenómeno pasajero, Antonio Banderas supo leer lo que estaba pasando. Se estaba gestando algo nuevo y él quería participar en ello. “Hasta que llegó Mujeres al borde de un ataque de nervios Pedro Almodóvar no fue plenamente aceptado por el gran público”, recuerda. “Pero para llegar hasta allí, hubo que dar muchos pasos. Él tuvo que ser muy fiel a si mismo y también la gente tuvo que metabolizar lo que estaba viendo”.

Antonio Banderas define a Pedro Almodóvar como un director meticuloso. “Está encima de todo. Los colores, las paredes, cómo van a ir vestidos los actores, los peinados, el maquillaje… Absolutamente todo”, dice. “Era muy divertido pero también muy duro, porque Pedro es duro. Y eso está bien”.

Eso sí, reconoce sin ambages que el director manchego ha sacado de él lo que otros realizadores no han sabido. “A veces no le gusta que trabajes con patrones preconcebidos y entonces te desnuda frente a la cámara. En los ensayos comienza a domesticarte. Te tienes que reinventar y eso es doloroso. Lo que pasa es que los resultados son sorprendentes”, afirma.

Y ahí siguen los dos, treinta y cuatro años después de que sus vidas se cruzaran por primera vez, escribiendo, ya sea juntos o por separado, la historia del cine español.

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