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La zarpa del siglo totalitario

'El lado vacío del corazón', del austriaco Erich Hackl, es una historia triste sobre el Holocausto, bien narrada y con una prosa escueta e informativa que vuela

Prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz.
Prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz.

Del escritor austriaco Erich Hackl (Steyr, 1954) —también hispanista y traductor— escribí en otra ocasión que lo considero un maestro de las “historias tristes bien contadas”; así lo demuestran sus novelas traducidas al castellano: Adiós a Sidonie, Sara y Simón o Boda en Ausch­witz, sorprendentes por su solvencia narrativa al tratar asuntos relacionados con el Holocausto y el odio a los judíos. Hackl mantiene un hábil equilibrio entre la realidad y la ficción, fascinando al lector por el ritmo y la construcción de sus relatos. Esto mismo se aprecia en 'El lado vacío del corazón', una historia triste, bien narrada, en parte como una crónica, con una prosa escueta e informativa que vuela.

Una anécdota: un chico llamado Hanno Salzmann, que trabaja en una ciudad de provincias austriaca a finales del siglo pasado, comenta a un compañero que tuvo una abuela que murió en un campo de concentración. Ello desencadena consecuencias inesperadas para Hanno: sus colegas lo tendrán por “judío”, con ingratas consecuencias.

Sin embargo, Juliana, la abuela muerta en el campo de concentración alemán para mujeres de Ravensbrück en 1944, no era judía. Ni tampoco su marido, Hugo Salzmann; ambos fueron perseguidos por los nazis austriacos y alemanes a causa de las actividades subversivas del segundo, destacado miembro del partido comunista.

Hugo y Juliana apenas gozaron de unos meses de paz tras su boda, pues enseguida sufrieron persecuciones y acosos por parte de la ultraderecha. A partir de que ambos abandonen su casa, en una pequeña ciudad de provincia, inician un periplo de sufrimiento y clandestinidad en Suiza y Francia, hasta que no les queda más remedio que separarse y correr suertes individuales: Salzmann, huido, finalmente encarcelado; y Juliana, deportada a Alemania para soportar el infierno del campo para mujeres y morir allí, condenada a ser el “lado vacío del corazón” que le quedará a su marido (quien salió vivo de sus reclusiones) y al hijo de ambos, llamado también Hugo.

Hugo júnior es un joven de la posguerra. Tras una dura estancia en la República Democrática Alemana, huye a Austria junto con su mujer, Herta, para iniciar allí una nueva vida. De ambos nació Hanno, de quien un día se sabe lo de la abuela y el campo de concentración.

Sin recurrir a la sátira de su compatriota, el gran Thomas Bernhard, el cual denunció de mil maneras que Austria nunca dejó de estar “llena de nazis”, Hackl, en tono grave, lanza un mensaje similar. La microhistoria de la familia Salzmann ejemplariza un siglo XX desbordado por el sufrimiento causado por políticas nefastas y odios ideológicos todavía no extinguidos, todo lo contrario, pues la zarpa del totalitarismo alcanza hasta nuestros días. Hackl sabe contarlo. •

El lado vacío del corazón. Erich Hackl. Traducción de Richard Gross. Periférica. Cáceres, 2016. 176 páginas. 16,95 euros

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