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CRÍTICA / LIBROS

Una verdad incómoda

'Una entre muchas' es un testimonio, pero también una advertencia a los lectores de que la violencia sexual adquiere muchos rostros en nuestra sociedad

Patricio Pron

“Hay demasiadas novelas miserables, y demasiada miseria. Este libro no es uno de esos”, advierte la narradora de Una entre muchas a su lector; sin embargo, su historia no puede ser más dura: entre los 10 y los 16 años de edad (es decir, entre 1975 y 1981), la autora, cuya identidad es un misterio, fue víctima de abusos sexuales por parte de tres hombres adultos.

El año 1975 fue (además) en el que se hicieron públicos los primeros asesinatos del que sería llamado “el Destripador de Yorkshire”, quien abusó sexualmente de y asesinó a 30 mujeres e hirió gravemente a otras 9 entre ese año y 1981 (la historia será recordada por los lectores de las novelas del Cuarteto de Red Riding de David Peace); investigaciones internas de la policía de ese condado demostraron más tarde que los agentes habían tenido al asesino en sus manos prácticamente desde el comienzo de la investigación, pero que una serie de errores y prejuicios llevaron a que éste se librase una y otra vez de estar entre los principales sospechosos: la convicción de que el asesino no debía de ser una persona “normal” y de que, al igual que Jack el Destripador (sobre el cual la prensa británica modeló su figura), éste sólo escogía como sus víctimas a prostitutas.

Muy posiblemente, la suposición de que el asesino de Yorkshire “sólo” se interesaba en las meretrices haya traído algo de calma a la traumatizada sociedad civil del condado, pero la inexistencia de pruebas para sostener esa hipótesis y el hecho de que no todas las víctimas ejercían la prostitución constituían, como demuestra la autora, una expresión del gesto incluso más inquietante (y desafortunadamente habitual) de culpar del abuso sexual a la víctima y no al victimario, como si la violencia sexual constituyese un castigo en cierto sentido previsible y supuestamente merecido por el ejercicio de una actividad que, como la prostitución, la sociedad condena, pero a la que recurre con frecuencia. La autora sabe de lo que habla: cuando los abusos de los que había sido objeto se hicieron conocidos, su padre la insultó y sus compañeros de colegio comenzaron a llamarla “guarra” y a apartarse de ella como si los abusos de los que había sido víctima hubiesen sido provocados por ella de algún modo.

“La verdad es horrible, pero”, sostiene Una, “debemos aprender de ella (…). Entonces, ¿cuál es la verdad? Tal vez sea algo como esto: la gente ordinaria es capaz de practicar una violencia extraordinaria. Las mujeres y las niñas no son ni vírgenes ni putas. Nada de eso tiene gracia”. En otro sitio, la autora afirma: “Los que sobreviven son la prueba viviente y parlante de que los efectos de la violencia sexual son superables”, pero la suya no es ni pretende ser una historia de superación, sino más bien el testimonio de lo que fue crecer bajo la sombra del Destripador de Yorkshire y en un contexto de desempleo masivo, protestas por la pérdida de derechos laborales, violencia pública (IRA) y privada, alcoholismo y violencia doméstica, hipocresía (los increíbles abusos sexuales del presentador televisivo Jimmy Savile corresponden a este periodo), ineptitud policial y machismo, al que la autora debió sumar el dolor de haber sido víctima de abusos.

Una entre muchas (una solución inteligente de traductor y editores a las dificultades de traducción del título original, Becoming Unbecoming) es, pues, un testimonio, pero también una advertencia a los lectores de que la violencia sexual adquiere muchos rostros en nuestra sociedad y que la permea por completo; sus recursos y bibliografía final pueden hacer pensar que se trata de un texto destinado al uso práctico, pero Una entre muchas es también un extraordinario tour de force en el que su autora recurre a metáforas visuales del abuso y de la culpa de extremada delicadeza (árboles, insectos, vestidos para muñecas de papel, crisálidas) para narrar una verdad incómoda pero que es necesario (de hecho, es muy necesario) que escuchemos.

Una entre muchas. Una. Traducción de Santiago García. Astiberri. Bilbao, 2016. 208 páginas. 19 euros

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