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Columna
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¡Muerte a la pornomiseria!

Eréndira Ibarra y Tenoch Huerta estrenan Las Aparicio, una adaptación al cine de una exitosa telenovela

Luis Pablo Beauregard
Tenoch Huerta y Eréndira Ibarra en las oficinas de EL PAÍS.
Tenoch Huerta y Eréndira Ibarra en las oficinas de EL PAÍS. Saúl Ruiz

Las telenovelas han sido el producto que más ha exportado la televisión mexicana. Las parrillas de decenas de países del mundo se han inundado a lo largo de décadas con culebrones de mujeres que lloran al quedarse preñadas de amantes de nombres imposibles o historias de criadas que ven correspondido el amor del guapo empresario millonario después de 200 capítulos. Los jóvenes actores, sin embargo, han comenzado a dar la espalda a estos dramas, que hasta hace poco eran su inevitable fuente de trabajo. Hoy, las telenovelas empiezan a causar repulsión.

“Hemos hecho tan mal el melodrama que lo hemos demeritado mucho como género”, dice Tenoch Huerta (Ciudad de México, 1981). El actor se queja de cómo las grandes televisoras repiten valores “rancios y anacrónicos” en telenovelas de horarios estelares que se regodean en lo que llama pornomiseria, la explotación de la pobreza como recurso dramático. “Creo que Televisa le falta el respeto a sus audiencias”. Eréndida Ibarra (Ciudad de México, 1985), lo escucha a un lado y añade: “Suscribo totalmente la idea”. Ambos estrenan este viernes Las Aparicio, una película basada en una serie que revolucionó la televisión abierta en México cuando se transmitió en 2010.

“Fue un parteaguas, fue un primer paso hacia un nuevo lenguaje que se alejó de las telenovelas”, dice Eréndira. Su padre, Epigmenio Ibarra, productor y excorresponsal de guerra en los conflictos armados centroamericanos de los años ochenta, abrió en los años noventa una veta de nuevos contenidos con Argos, su productora. Las Aparicio se transmitió en Cadena Tres, una compañía nueva que trata de competir con las dos grandes televisiones, entre ellas Azteca, para quien Epigmenio hizo siete telenovelas entre 1996 y el 2000.

Eréndira Ibarra explica que el acierto de Las Aparicio fue desmarcarse de los estereotipos que han sido engordados a lo largo de los años. “No puso mujeres que necesitaban ser salvadas por un hombre o que este las iba a sacar de la pobreza. Son personajes femeninos que queríamos ver y que sorprendieron a muchos”. Los 120 episodios mostraron besos lésbicos, bodas gais y terapeutas que recomendaban tener más sexo. “Rompimos muchos tabúes con naturalidad y respeto”, dice la actriz, que participó en la serie interpretando a Mariana, una lesbiana que tiene una relación con Julia Aparicio.

Las Aparicio recorre un camino poco explorado en México. Salta de la pantalla chica al cine, un arte que exige más a la franquicia porque no se sorprende tan fácilmente con la caja idota y que está acostumbrado a problemáticas complejas y polémicas. La cinta, que promete trasladar la misma esencia “guerrera y transgresora”, trata de una familia de mujeres de clase media alta aquejada por una maldición originada en la época de la Revolución que hace que sus cónyuges mueran y que no nazcan varones en el clan. El elenco está principalmente conformado por mujeres. Ana de la Reguera, Eréndira Ibarra, Iliana Fox, Liz Gallardo, Paulina Gaitán y Carmen Farías, lo protagonizan

Las guionistas, Verónica Bellver, Leticia López y Natassja Ibarra (hermana de Eréndira e hija de Epigmenio) han encontrado entre tantas mujeres espacio para Tenoch. “La historia de este personaje transforma la historia y cambia la vida de dos mujeres en la película. Es bonito cuando consigues esto al meter a alguien que no está en la serie”, dice Huerta, que protagonizó la nostálgica Güeros.

Argos ha roto muchos esquemas. Ahora se enfrenta a uno nuevo y poco explorado. El estreno en cines de una adaptación televisiva es una dura prueba porque deberá ofrecer argumentos nuevos a los fieles que la siguieron seis años atrás en las noches de Cadena Tres y apelar a los cinéfilos que no han visto un episodio. La misión es, según Tenoch, “escapar de la pornomiseria”. “A veces es suficiente contar una buena historia”, concluye. El público está por hablar.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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