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OBITUARIOS

Vanity, mito erótico de los ochenta

La cantante y actriz, icono 'underground', formó con Prince una de las parejas más explosivas del pop

Denise Matthews, conocida como Vanity, durante una actuación en 1982.
Denise Matthews, conocida como Vanity, durante una actuación en 1982.Ron Wolfson (WIRELMAGE)

La volcánica imagen de Vanity cantando el tema Nasty Girl de Prince señaló esa trilogía de música disco, sexo y videoclip que los años ochenta acuñarían como una de las marcas de identidad de la década. Denise Kathrina Mathews, su verdadero nombre, al frente del grupo Vanity 6, una formación de trayectoria efímera, destaca rápidamente en el horizonte de la música pop de aquellos años. Una impactante presencia física —que se adelanta a las futuras Rihanna y Beyoncé— y unas canciones de alto voltaje erótico constituyen su carta de presentación. Descubierta por Prince, el autor de Purple Rain se convierte en una especie de protector, amante y padrino artístico de la cantante destinada a ser el nuevo mito erótico de la música de baile de los años ochenta. La fotografía de Vanity junto a Prince en la portada de la revista Rolling Stone introduciéndole la mano por la cintura del pantalón al cantante los consagra como la pareja más sexi y explosiva del pop.

Tras acabar su colaboración con Prince, Vanity inicia una carrera en solitario, grabando para la editora Motown los álbumes Wild Animal y Under Influence. Será precisamente el boss de la Motown, Berry Gordy, el promotor de su debut en el cine con la película El último dragón (Michael Schulz, 1985), una mezcla de artes marciales y musical disco que el paso del tiempo ha acabado convirtiendo en película de culto a causa de su excentricidad. Protagoniza, junto a Roy Scheider y Ann Margret, 52 Vive o muere (John Frankenheimer, 1986), y forma pareja con Carl Weathers en Acción Jackson (Craig R. Baxley, 1988), una producción que pretende revivir los éxitos del género blaxploitation de los años setenta. Pero sus problemas con las drogas acabarán mermando su salud y la continuidad de su propia carrera artística.

A mediados de los años noventa, la cantante se retira del mundo del espectáculo abrazando la fe evangelista después de una operación de trasplante de riñón. En 2010 publicaba sus memorias con el título Blame it on Vanity, a medio camino entre el mea culpa y el álbum de recuerdos de una vida tumultuosa. Entre otras revelaciones, la cantante y actriz confesaba su amor por Prince como el único hombre al que había amado en su vida. El rockero Billy Idol y el bajista del grupo heavy metal Motley Crue, Nikki Sixx, aparecían también en su listado sentimental, así como un matrimonio de apenas un año de vida con la estrella del fútbol americano Anthony Smith, un violento jugador que acabaría siendo condenado a cadena perpetua a causa de varios asesinatos.

En el inicio de su gira australiana Piano and Microphone, Prince tenía un recuerdo emocionado para su antigua compañera y musa el pasado 17 de febrero sobre el escenario del Stade Theatre de Melbourne. Después de haber luchado en los últimos años contra una insuficiencia renal, la cantante fallecía el día 16 en un hospital de Freemont, California. Tenía 57 años.

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