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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Siete voces

'A mi manera' aporta la visión que los profesionales de la música tienen de su oficio, anécdotas que informan sobre un mundo que hace tiempo arrastra multitudes

Ángel S. Harguindey

A mi manera, el espacio que estrenó La Sexta el martes y en el que seis cantantes versionan temas de un séptimo es, sobre todo, un gran programa para sus protagonistas aunque sin llegar a la premonición de David DeMaría: “Va a cambiar mi vida”. En todo caso, es carnaza interesante para el ego de los artistas e información colateral para los espectadores.

Un casoplón en Mallorca en el que pasarán varios días Mikel Erentxun, Antonio Carmona, Marta Sánchez, Sole Giménez, Manolo Tena, Nacho García Vega y David DeMaría, con la colaboración de una estupenda banda, permite al espectador comprobar las distintas sensibilidades de los intérpretes para cantar los temas del elegido semanalmente. En el primer programa fue Mikel Erentxun, cofundador de Duncan Dhu.

Pero el programa aporta también la visión que los profesionales de la música tienen de su oficio, anécdotas que informan sobre un mundo que hace tiempo arrastra multitudes y, consciente o inconscientemente, detalles de la personalidad de quienes gozaron, o gozan, de la fama. No debe ser fácil mantener bien amueblada la cabeza cuando se ofrece un concierto para cien mil personas (caso de Duncan Dhu en la Expo de Sevilla) o cuando las fans se cuelan en la habitación del hotel.

Y entre charla y charla se van desvelando algunos rasgos personales: la sobriedad de Manolo Tena, que cantó una estupenda versión de Mañana (“la elegí porque es esperanzadora y me recuerda al poema Esplendor en la hierba”). Nacho García Vega lo definió muy bien: “lo curioso de Manolo es que sube al escenario como si fuera a comprar tabaco y luego saca una fuerza fantástica”. Comentarios sobre cine, hábitos... mas el poderío vocal de Sole Giménez, la emoción de Marta Sánchez, el histrionismo de Antonio Carmona, la sencillez de Erentxun o el agradecido entusiasmo de DeMaría completaron un programa cuyo éxito dependerá de los aficionados a la música popular.

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