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El evangelio de la guitarra a partir de Lorca y Falla

Samuel Diz recupera en un disco la música para guitarra nacida al amparo de la Generación del 27

Samuel Diz con su guitarra.
Samuel Diz con su guitarra. XOSÉ DURÁN

Impresiones y paisajes es una larga travesía a una época turbulenta. Un crucero sobre guitarra en un mar de músicas a medio camino entre el olvido y la mala fortuna. La obra de los compositores de la Generación del 27compuesta para guitarra se muestra aquí avalada por un estudio de años sobre los creadores que firman las 15 obras de este trabajo. Las velas maestras del disco: Lorca y Falla. Las dos caras de una misma moneda unidas al amparo del folclore en el Concurso de Cante Jondo de 1922. En la Granada de los años 20 comienza el espíritu que late tras este disco.

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Todo empezó cuando Samuel Diz empezó a estudiar la figura de Jesús Bal y Gay, marido de Rosa García Ascot, y alumna directa de Falla. A partir de la figura de este compositor lucense, se adentró en el llamado Grupo de los Ocho, una generación de músicos que, en relación con la Residencia de Estudiantes, crearon una nueva música y apostaron por la guitarra. “La generación de compositores que surge en Madrid tiene un especial interés en la guitarra y todos componen para este instrumento alguna pieza. He querido recuperar su visión sobre la guitarra en este trabajo en el que todos parten de Falla”, dice Diz en referencia al Homenaje pour le Tombeau de Claude Debussy del compositor gaditano, compuesto para guitarra y con el que comienza una nueva era para el instrumento dentro de los templos de la clásica –si bien, anteriormente Rodrigo ya había compuesto su Concierto de Aranjuez-.

Sobre la portada del disco luce una imagen del que fue el apadrinado de Falla en Granada, Federico García Lorca. “Lorca y Falla, aúnan fuerzas en torno al proyecto de recuperación del folclore. Lorca iba por los pueblos recopilando las canciones populares que se habían oralmente de padres a hijos, estudió profundamente la tradición y junto con Manuel de Falla, culminaron sus esfuerzos en el Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922”, explica el guitarrista. Sin embargo, ambos tenían visiones diferentes en cuanto a la guitarra. Lorca creía en una guitarra sometida, siempre al servicio del cante y que no debe tener presencia propia más allá de la servidumbre a la voz en el flamenco. Falla no solo creyó en la guitarra como eje musical, sino que compuso piezas exclusivas para el instrumento.

“Los compositores del 27 vieron en la guitarra el instrumento que sirvió de baluarte para la recuperación del folclore y un instrumento lleno de posibilidades que representaba los ideales que Lorca y Falla llevaron como emblema toda su vida”, cuenta Diz. Además, influyó la presencia de Regino Sainz de la Maza, que como guitarrista poseía una técnica capaz de llevar a la guitarra esta nueva música compuesta por los creadores del 27. En este disco, se mezclan las piezas de Mantecón con las de Bacarisse, las canciones populares recogidas por Lorca con las piezas de Falla y de su discípulo Rodolfo Halffter –que recibió el encargo y la proeza de acabar su Atlántida-. “Además, he querido incluir La maja de Goya, una obra de Ángel Barrios que supone una recuperación inédita y una obra contemporánea de Fernando Buide del Real, porque me gusta que la música de otras épocas dialogue con la creación actual siempre en concordancia con el ideal del disco”, explica.

Además, dentro de este trabajo se incorpora Por quién doblan las campanas. Esta obra del catalán Robert Gerhard es la banda sonora para una película para la BBC que le fue encargada cuando residía en Inglaterra. “Son fragmentos, algunos solo ocupan un pentagrama. Pero cuando le encargaron la música para una película sobre la novela de Hemingway que transcurre en España, Gerhard no dudó que la música tenía que ser para guitarra. Se editaron los fragmentos hace una década por primera vez, pero en este disco se tocan unidos como en una suite de concierto”, cuenta el guitarrista. Este jueves, podrá escucharse en concierto a Samuel Diz interpretando las obras del disco en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, un trabajo de cuatro años de investigación recogido en un trabajo que es un acto de justicia con una generación de compositores cuyas carreras se vieron truncadas por la guerra.

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