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EN POCAS PALABRAS

Paula Ortiz: “Lorca es un precipicio al que asomarse”

La directora de cine parte como favorita de los Goya con 12 nominaciones para 'La novia'

Rocío García

La directora de cine Paula Ortiz (Zaragoza, 1979), gran vencedora de los Premios Feroz con su segunda película, La novia, inspirada en Bodas de sangre, de Federico García Lorca, parte como favorita de los Goya con 12 nominaciones.

—¿Qué buscaba en Lorca?

—Todavía no sé lo que busco. Lorca para mí es un precipicio al que asomarse. Todas las obras de Lorca te ponen en un lugar desde el que asomarse a las grietas del alma y nunca acabas de ver el final.

—¿Lee a Lorca desde niña?

—Siempre he leído a Lorca. He tenido la suerte de vivir en una casa donde Lorca estaba en todas las esquinas.

—¿De dónde nace su pasión lectora?

—No lo sé. Desde que tengo uso de razón, he utilizado muchas horas de mi vida para alojarme dentro de la literatura. De niña, donde la imaginación es más vívida, me gustaba más estar dentro de los cuentos que fuera.

—¿Qué cuentos le gustaban?

—Siempre he leído todo tipo de cuentos, los populares, los hermanos Grimm. Me gustan mucho las fábulas y los relatos de la mitología griega y romana. Me atrae mucho el relato esencial metafórico en torno al mito.

—¿Cómo ha sido este encuentro con Lorca en Bodas de sangre?

—Apasionante y, en algunos momentos, duro. Traducir todo eso a la materialidad del cine ha sido bonito, pero mantener el pulso me ha resultado muy difícil.

—¿Por qué eligió Bodas de sangre?

—Fue la primera obra que leí de adolescente, antes de que me obligaran a hacerlo en el instituto. Sigue siendo todavía quizás la más imperfecta de las obras de Lorca en ciertos niveles dramatúrgicos, que posee un universo más activo e hipnótico, esa luna, ese caballo, esa tierra…

—¿Qué riesgos se corren al adaptar a Lorca?

—Con cualquier película se corren riesgos. Es un acto de exposición y un salto al vacío del que no se sabe si uno va a salir bien o mal. El riesgo con Lorca es que mucha gente lo ha leído y se lo ha imaginado. Ha imaginado esa novia, ese paisaje, ese Leonardo…

—¿Qué aporta en estos momentos Lorca?

—Todo. Lorca es un trágico moderno. Como los autores de las tragedias griegas y Shakespeare, el relato trágico te abre a las grandes preguntas y te sitúa frente a las grietas emocionales y éticas. Estamos en un momento de derrumbe y reconstrucción en el que es necesario retomar esos relatos. Lorca nos cuenta esas tragedias y nos obliga a hacernos preguntas de nuestra identidad cultural de manera muy esencial.

—¿Qué literatura le interesa?

—El último libro que me ha noqueado han sido los cuentos de Alice Munro.

—¿Adaptará otro clásico para el cine?

—Me encantaría. Los relatos clásicos son como mapas y faros que cuando giran te vuelven a iluminar.

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