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CRÍTICA | MIA MADRE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Diario de cineasta

Moretti se ha escondido en el cuerpo de una mujer que ejerce de trasunto del autor, una mujer que, eso sí, es directora de cine

Javier Ocaña
Nanni Moretti y Marguerita Buy, en 'Mia madre'.
Nanni Moretti y Marguerita Buy, en 'Mia madre'.

El cine de Nanni Moretti siempre ha sido una forma de terapia, un tratado sobre el empeño del director por estar relajado con la vida y con el mundo. A menudo autobiográficas, sus películas hablan de su cotidianidad, pero con el maravilloso añadido de un extraordinario sentido de la elusión ensoñadora, allí donde el deseo, y también el remordimiento, se convierten en la viva imagen del sentido mismo de la vida. Ya sea de forma meridiana, como en Abril (1998), con sus filias y sus fobias, en Caro diario (1993), con sus picores físicos y mentales, o en Palombella rossa (1989), sobre su niñez, sus miedos y el fracaso de las ideas comunistas, ya sea introduciendo sentimientos propios en historias sobre lo ajeno, Moretti es un gran contador de relatos sobre uno mismo. Y la muerte de una madre no es cosa cualquiera. Algo a lo que acude en la excelente Mia madre, donde por vez primera se ha escondido en el cuerpo de una mujer que ejerce de trasunto del autor. Una mujer que, eso sí, es directora de cine, para no acabar de enmascarar su habitual sistemática.

Con el contrapunto cómico del personaje de John Turturro, una estrella del cine americano que acude a Italia para protagonizar una película de denuncia dirigida por la protagonista, y en un relato sobre el miedo a un modo de ser, Mia madre, como siempre en Moretti, nos habla de muchos asuntos con una enorme complejidad amparada en la sencillez. En ella habita la pesadumbre de la duda en una persona que no acostumbra a dudar, de gran personalidad, que siempre ha creído tener la razón (y que seguramente la ha tenido), y que se ha ganado fama de distante, de dura y de engreída entre la mayoría, la que sí duda. Un carácter que cualquiera que haya entrevistado a Moretti alguna vez sabe que no es difícil que salga a relucir.

MIA MADRE

Dirección: Nanni Moretti.

Intérpretes: Margherita Buy, John Turturro, Nanni Moretti, Giulia Lazzarini, Beatrice Mancini.

Género: drama. Italia, 2015.

Duración: 102 minutos.

A diferencia del emocionante naturalismo sin digresiones de La habitación del hijo, el director italiano nos habla de la pérdida a través de la continua ruptura del realismo, con secuencias de un onirismo surrealista que a veces se integra en sueños físicos, mientras otras, las mejores, surge sin que nadie necesite estar durmiendo, con la naturalidad expositiva de un brillante y fugaz pensamiento lógico. Drama políticosocial a la manera de un autor que suele imponer un cierto distanciamiento en esta vertiente, Mia madre es también una sátira de la industria del cine y una disección de los miedos contemporáneos. Los sociales, los morales y los sentimentales.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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