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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sobredosis

La política-espectáculo no va a ceder en las televisiones, aunque de esta batalla se ha retirado Mediaset. Adopta modos de la crónica rosa, como el comentarista faltón

Ricardo de Querol
El plató de 'laSexta noche' durante un programa
El plató de 'laSexta noche' durante un programa

¿Creían que pasado el día 20 se moderaría esa sobredosis de política que nos estamos metiendo en vena? ¡Qué va! Bueno, algunos sí han cambiado de tema: El hormiguero vuelve a tener como invitados a gente como Mario Casas y Berta Vázquez (ya saben cómo va lo del autobombo de las cadenas), aunque también habla de la cosa pública con Julia Otero. Bertín Osborne ahora confraterniza con Alaska y Mario Vaquerizo o el jurado de MasterChef (otra de autobombo). Los debates entre candidatos ahora se mudarán al Parlamento, y ahí van a ser de aúpa, al menos mientras no haya anticipadas (qué pereza).

Pero no perderán tirón esas tertulias políticas que se extienden horas y horas (laSexta noche suele sobrepasar las dos de la madrugada). La incertidumbre dispara la demanda de información. Sin embargo, el rival de Cuatro en la noche de los sábados, Un tiempo nuevo, ha echado el cierre sin esperar las urnas, incapaz de competir con La Sexta, canal que ha alcanzado una potencia notable en el terreno que antes dominaba TVE. De esta batalla por la política-espectáculo se retira Mediaset/Telecinco, que ni organizó ni emitió debates electorales, como tampoco informó en su día de los atentados de París. Ellos a su Gran hermano y a su Sálvame, salvo el noticiero de Piqueras y poco más.

Sorprende que la política ocupe espacio que antes se dedicaba a la crónica rosa. También adopta alguno de sus métodos de discusión acalorada (como algunos programas deportivos), pero uno se consuela con que es mejor que la audiencia se entretenga con eso que con, pongamos, las simplezas de gente como Belén Esteban. Será por eso que en el show de lo público abundan comentaristas exaltados y faltones, a lo Coto Matamoros. Si, como cabría esperar, los políticos suavizan el tono para ir renunciando a lo que decían irrenunciable, quedará más en evidencia el periodista forofo, dos palabras que se llevan mal.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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