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LAS COLECCIONES DE EL PAÍS

El disco correcto en el momento adecuado

En 'No line on the horizon' prima la homogeneidad, es un disco más íntimo y majestuoso

Una imagen del grupo U2 en Fez, en junio de 2007.
Una imagen del grupo U2 en Fez, en junio de 2007.

Nunca antes habían pasado cinco años entre un lanzamiento y otro de U2. Estaba previsto que No line on the horizon se publicara en octubre de 2008 y finalmente vio la luz en marzo de 2009. El productor Rick Rubin parecía el señalado para encargarse de este álbum pero al final no pudo ser. Y como siempre, la preparación y grabación del nuevo trabajo estuvo rodeada de algunos misterios. Durante el proceso, se filtraron informaciones desvelando que era el disco que más se acercaba al espíritu de Achtung baby (1991).

En su trabajo anterior, el recopilatorio U218 Singles (2006), había dos cortes inéditos, ambos controlados por la lupa de Rubin. Con ese antecedente, todo hacía pensar que para su siguiente álbum, los mandos de la operación los llevaría el barbudo productor que llevó a Red Hot Chili Peppers hasta el éxito y resucitó artísticamente a Johnny Cash. Como es costumbre en U2, el nombre del productor, amén de otros detalles, suelen estar envueltos por el secretismo. Y Rubin, contra todo pronóstico, se quedó fuera. En cualquier caso, el dúo elegido finalmente tenía experiencia y conocía al grupo perfectamente. Fueron Daniel Lanois y Brian Eno. Lanois vivió en primera persona el éxito de The Joshua Tree (1987). Comenzaron a grabarlo en la ciudad marroquí de Fez, en 2007, y después el recorrido se extendió a Dublín, Nueva York y Londres.

El álbum adolecía de un single que de entrada causara un gran impacto. En sus dos discos anteriores estaban Beautiful day y Vertigo, carne de cañón para las radio fórmulas. Aquí prima la homogeneidad del conjunto, se trata de una colección rocosa, más íntima y al mismo tiempo majestuosa.

En Get on your boots, The Edge alecciona con la misma destreza a la guitarra que en el documental It might get loud junto a Jimmy Page y Jack White. Stand up comedy tiene el punto justo de modernidad, en tanto que Unknown caller destaca por unos coros marca de la casa; la colérica I go crazy if i don´t go crazy también tiene vocación de himno. Magnificient es punto y aparte, estaría en una lista contando sus 10 canciones más redondas. White as snow tiene unos arreglos cuidados, la canción cuenta la odisea de un soldado en Afganistán, y en Fez-Being Born pisan el territorio de Peter Gabriel, respondiendo a la teoría de que es el álbum en el que han estado más próximos a la categoría de opera rock.

Los problemas de salud de Bono condicionaron la gira U2 360º, ya que tuvo que operarse de urgencia de la espalda. La portada de No line on the horizon es una imagen del mar encontrándose con el cielo, una sugerencia del artista japonés Hiroshi Sugimoto. En alguna de las múltiples ediciones del disco se incluye el experimento audiovisual junto a Anton Corbijn Linear.

En un principio, el duodécimo disco de U2 iba a estar repartido en dos elepés, Daylight y Darkness, al final se descartó como recurso comercial. En definitiva, estamos ante el disco correcto en el momento correcto.

Este domingo, nueva entrega de U2 The Kiosk collection. ‘No line on the horizon’ con EL PAÍS, por 9,95 euros.

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