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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

“Sí, claro”

Del cara a cara, además de la bronca por la indecencia y el "hasta aquí hemos llegado", quedó para la posteridad una respuesta: "¿Ha devuelto Bárcenas el dinero robado?". "Sí, claro". Espectacular

Ángel S. Harguindey

En un sistema que hace tiempo entronizó lo cuantitativo (vales lo que vendes), el debate cara a cara del pasado lunes fue lo mejor del año: Rajoy-Sánchez consiguió el 48,7% del pastel televisivo (9,7 millones de espectadores), superando el autopromocionado hasta la saciedad debate a cuatro, que consiguió 9,2 millones de espectadores. Lamentablemente para Atresmedia (Antena 3 y La Sexta), sus cifras quedaron lejos de los 12.005.000 espectadores que siguieron en 2011 el enfrentamiento entre Pérez Rubalcaba y Rajoy. El pospartido lo ganó La Sexta con esa pareja feliz, Ferreras-Pastor y sus 1.633.000 seguidores pese al cansino autobombo.

TVE, por su parte, apenas superó los 2.800.000 espectadores en la retransmisión del debate por dos de sus cadenas, La 1 y 24 horas, y eso que el presidente del ente vota al PP. Cría cuervos... Claro que sí en La 1 crían cuervos, a saber que criarán en 24 horas: tuvo 157.000 espectadores, con un agravio añadido: 13TV, la cadena episcopal, refugio de salvadores de la patria y de nuestras almas, tuvo 709.000. Algo falla en esa cúpula de la televisión pública, dechado de independencia y profesionalismo.

Del cara a cara, además de la bronca por la indecencia y el "hasta aquí hemos llegado", quedó para la posteridad la respuesta del presidente a la pregunta de su oponente: "¿Ha devuelto Bárcenas el dinero robado?". "Sí, claro". Espectacular. Creo sinceramente que ha superado aquello de "un vaso es un vaso y un plato es un plato", incluso lo de "España es una gran nación y los españoles muy españoles y muchos españoles" que en su momento nos dejó boquiabiertos. Y es que cuando el presidente está sembrao, está muy sembrao y mucho sembrao. Ya le pasó en febrero de 2008, debatiendo con el entonces presidente Zapatero, al que —en un alarde de buena educación— le acusó de "agredir a las víctimas del terrorismo" y afirmó que "ha mentido a los españoles en infinidad de ocasiones" sobre este asunto. Al parecer los insultos sólo lo son si proceden de la otra parte contratante.

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