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LETRAS ÍNTIMAS | VÍCTOR HUGO ROBLES “EL CHE DE LOS GAYS”

La sexualidad como lugar político

El escritor chileno es tímido pese a su humor exagerado, quizá porque la personificación siempre es un disfraz

Por ser gay le clavaron un cuchillo en una nalga. Pero no le importó, o no mucho. Víctor Hugo Robles decidió convertirse en El Che de los gays el 28 de junio, día internacional del orgullo gay, de 1997 cuando fue descubierto el cuerpo del Che Guevara en Bolivia. A los pocos días, pero en Santiago de Chile, Víctor Hugo pintó de rojo los labios del Che en un afiche. Nadie protestó.

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Dieciocho años después ha publicado El diario del Che gay en Chile, una obra que recopila discursos, entrevistas, opiniones sobre su personaje y el movimiento de liberación homosexual en Chile. Hay testimonios impagables, como una conversación con Pedro Lemebel, que formó en los años ochenta el colectivo de arte homosexual “Las yeguas del Apocalipsis”, quien define: “La loca es como tú de-construyes el patrón formal, cultural, sociológico, antropológico que te han metido; la loca hace el quiebre, la fisura, recuestiona, replantea, duda, e ironiza”.

Al Che de los gays le gusta provocar, sin embargo Víctor Hugo parece frágil. Es tímido pese a su humor exagerado, quizá porque la personificación siempre es un disfraz y tras la máscara acaso sólo haya soledad. Tiene una mirada que observa al vacío, como aquel que mira lo que nunca fue. De ahí su necesidad de llamar la atención, como un niño que llora, como una loca hombre. Porque la loca, escribe Víctor Hugo Robles: “tiene el poder de descolocar y dislocar todo, por eso la loca está en un lugar discriminado, segregado, es un lugar de castigo. Las locas siempre están en un lugar en tránsito, no es hombre ni mujer, tampoco hetero u homo.. no es un lugar fijo, es un lugar que corroe porque es chillona, es icónica, colorinche, desatada y excesiva. Yo soy una loca política, callejera y poblacional”.

Al Che de los gays le gusta provocar, sin embargo Víctor Hugo parece frágil

El Che de los gays es una parodia, algo que se acerca a lo grotesco para mostrar los desatinos de una sociedad que lo margina. Alguien que intenta convencer de que somos iguales en que todos somos distintos; de que la sexualidad también es una posición política. Él se autodefine como un maricón de izquierdas, pobre, feo, latinoamericano, chileno, con VIH, solo. Vítor Hugo Robles habla en voz baja, apenas se le escucha. Sus ademanes son lentos y delicados, como si supiera que en cualquier momento se puede romper algo. O todo. Uno lo mira y podría pensar que padece cierto egocentrismo. Existe un documental que habla de él. Un libro donde todos hablan de él. Él que habla de él. Puede ser vanidad o desesperación o convicción. Por lo que sea, Víctor Hugo, a través del Che de los gays, consigue urdir una especie de conspiración: que todo mundo saque lo peor y lo mejor de cada cual.

La loca, escribe Víctor Hugo Robles: “tiene el poder de descolocar y dislocar todo

Alejandro Salvador, nieto del expresidente chileno Salvador Allende, escribe en el libro Diario del Che gay en Chile: “Una periodista supo que había un nieto de Salvador Allende que se comentaba era homosexual y decidió perseguirme por el mundo. Nos sentamos a conversar en Nueva Zelanda y decidí darle una entrevista pidiéndole una foto con una polera que decía en inglés: “Gays por la libertad y la justicia social”. Luego de esa entrevista vinieron otras y a través de los medios de comunicación le envié un mensaje a El Che de los Gays, valorando su valentía y describiéndolo como una persona que me ayudó a aceptar quien era yo. En lo personal lo vi como alguien que interpretaba la disidencia sexual desde una postura crítica, incluso dentro del propio movimiento homosexual”.

Durante años, como homosexual, había que ser invisible, porque hacer transparente esa orientación era pecado, algo parecido a un crimen, una monstruosidad. En muchos sitios del mundo sigue siendo así. Tras escuchar a Víctor Hugo Robles uno concluye que ser gay no te hace distinto, pero sí la desigualdad frente a un mundo predominantemente heterosexual que te juzga y te convierte en diferente. El rechazo acaso tenga su origen en lo que más odiamos de nosotros mismos, como aquel que reprueba esa parte suya que El Che de los gays goza, mientras él reprime.

El Che de los gays es una parodia, algo que se acerca a lo grotesco para mostrar los desatinos de una sociedad que lo margina

Ficha biográfica

Víctor Hugo Robles es periodista, apóstata y activista homosexual. En los años noventas integró el Movimiento de Liberación Homosexual Movilh Histórico y animó “Triángulo Abierto”, primer programa radial de homosexuales, lesbianas y trans en Chile. Su trabajo es recogido en el documental “El Che de los Gays”.

Desde el año 2000 al 2010 fue editor de la Revista VIVOPOSITIVO de la Coordinadora Nacional de Personas Viviendo con VIH/SIDA y en abril de 2008 publica “Bandera Hueca. Historia del Movimiento Homosexual en Chile”. En septiembre de 2010 envió una carta al Arzobispo de Santiago exigiendo su derecho a la apostasía y presentando un Recurso de Protección en los Tribunales de Justicia, transformándose en el primer apóstata judicializado en la historia de Chile. SiempreViva Ediciones, primera editorial de la diversidad sexual en Chile publica “El Diario del Che Gay en Chile”.

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