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El Sónar echa raíces en Latinoamérica

La cita barcelonesa de música electrónica desembarca en Argentina, Brasil, Chile y Colombia. Unos 17.000 espectadores se reunieron a orillas del Río de la Plata

Fernando Navarro
Actuación del grupo The Chemical Brothers, en el Sónar de Buenos Aires.
Actuación del grupo The Chemical Brothers, en el Sónar de Buenos Aires.Ricardo Ceppi

Retumban los altavoces con Dancing in the Dark, una canción original de Bruce Springsteen que los británicos Hot Chip han hecho que vuelva a sonar tres décadas después en las emisoras de medio mundo con su ropaje electropop, pero nadie baila con el ritmo adictivo de su versión. La enorme explanada en la costa de Vicente López, junto al Río de la Plata, está vacía. Detrás del gran escenario, cerca de cuatro decenas de personas se apresuran de un lado para otro con cables, equipos de sonido e instrumentos mientras entran y salen furgonetas con los últimos palés de bebidas y comida. Son las 13.00 cuando Hot Chip prueban sonido, mientras la banda argentina Poncho espera su turno. Apenas quedan cinco horas para que arranque el Sónar en Buenos Aires. La ciudad recibió al festival barcelonés de música avanzada en los prolegómenos de su verano austral y con amenaza de tormenta, en una fiesta que finalizó el pasado jueves, 3 de diciembre.

Cuatro ciudades, un escenario gigantesco

Cuatro ciudades, São Paulo, Buenos Aires, Santiago de Chile y Bogotá vertebran el nuevo Sónar latinoamericano.

São Paulo. La versión brasileña del Sónar se celebró entre los días 24 y 28 de noviembre. The Chemical Brothers, Hot Chip, Chopelar y Brodinsky fueron algunos de los protagonistas del cartel.

Buenos Aires. Más de 17.000 almas se dieron cita a orillas del Río de la Plata el jueves para el capítulo argentino del Sónar. En el cartel estuvieron, entre otros: The Chemical Brothers, Hot Chip, Brodinski,

Recondite, Poncho, Gorgon City o Modeselktor. Buenos Aires ya celebró el Sónar en 2006, el Sónar Sound.

Santiago de Chile. El Sónar aterriza durante toda la jornada de hoy en la capital chilena. A los arriba mencionados se unen bandas como Tribu Austral, Frente Cumbiero y Dengue Dengue Dengue!

Bogotá. El turno para la sección colombiana del Sónar latinoamericano llegará este lunes. Además de The Chemical Brothers y Hot Chip, el público podrá contemplar a artistas y bandas como Dixon, Bomba Estéreo y Las Hermanas, entre otros.

Enric Palau es uno de los que más se mueve. Hace unos días ha estado en São Paulo y, cuando acabe su trabajo en la capital argentina, se irá a Santiago de Chile y Bogotá, dentro del ambicioso desembarco que el festival que dirige, junto con Ricard Robles y Sergi Caballero, ha hecho en Latinoamérica. “El consumo cultural latinoamericano es enorme”, afirma Palau, uno de los responsables de la marca Sónar. Explica que el festival, con The Chemical Brothers y Hot Chip como cabezas de cartel en esta edición argentina y una larga trayectoria internacional en países como Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Alemania o Italia, se celebra en Brasil, Argentina, Chile y Colombia no como una franquicia, al estilo de otros festivales extranjeros como Lollapalooza, sino como “un espacio de expresión para la escena local”. “Cada país tiene su personalidad. Por eso son muy importantes los socios locales”, dice.

Socio argentino

En Argentina, el socio principal es Matías Loizaga, director de Pop Art Music, una de las mayores promotoras de eventos musicales del país. También se mueve sin parar atando los últimos cabos de la gran cita. Como sucede en el resto de Sónares latinos, alrededor de la mitad de la programación está compuesta por músicos locales. “Hay un compromiso de reciprocidad entre los países”, cuenta Loizaga. “En Argentina hay un público ávido de estos eventos, pero también creemos que hay un salto generacional de artistas de música electrónica que pueden ser más populares”, apunta. Tanto es así que este exitoso desembarco va para largo: ya hay un acuerdo para repetir el festival más años en la región.

Si bien es cierto que el Sónar ya se había celebrado en dos ocasiones en São Paulo (2004 y 2012) y una en Buenos Aires (2006), no había tenido posibilidad de continuidad y, por ejemplo, en Argentina no se había hecho al aire libre y de forma tan celebrada. En las calles se dejan ver numerosos carteles y las radios lo anuncian constantemente. Y lo que es más importante, según los implicados: no se había llevado al continente el concepto de Sónar+D, los congresos internacionales que exploran la relación entre la creatividad, la tecnología y la transformación digital en las industrias culturales. “Para nosotros, fue clave”, señala Loizaga, que reconoce que estuvo en Barcelona y, al ver esta experiencia “súper positiva” involucró más a la ciudad. En este sentido, las autoridades bonaerenses se han encargado de uno de los escenarios y han cedido el extraordinario espacio Usina del arte para el Sónar+D. El argentino Mariano Vázquez, investigador del Barcelona Super Computing Center, ha participado en la mesa de debate Ciudades del futuro en Buenos Aires y considera que, en estos tiempos, “a la gente que le interesa la música electrónica también le interesa la tecnología y viceversa”.

Asistentes al Sónar Festival en Buenos Aires.
Asistentes al Sónar Festival en Buenos Aires.Ricardo Ceppi

Alguien que sabe de estos vasos comunicantes desde su condición de referente del rock argentino es Diego Tuñón, miembro fundador de Babasónicos, el grupo que en los noventa marcó un nuevo camino en lo que se llamó rock sónico, incorporando un Dj a su repertorio. “El intercambio de ideas ya trasciende los medios. Internet es lo que ha permitido que la gente vaya más allá, haciendo que el límite sea tu propia curiosidad”, afirma el teclista en una conversación en el estudio de grabación de Babasónicos, transformados para el Sónar en BBS Tecno, un novedoso proyecto electrónico. En la misma línea habla Palau: “Internet ha traído una revolución para hacer proyectos de esta envergadura. El público latino ya sabe mucho de lo que se hace en Europa”. Es el caso del colombiano Mario Galeano, creador de Frente Cumbiero, que combina la cumbia colombiana con la electrónica. Está al tanto de todo lo que se cuece en el viejo continente y colabora en Gladys Palmera, la radio online recientemente galardonada con el Premio Ondas. “Nuestro reto es que seamos vistos como una nueva mirada”, explica. “Es muy importante que el proceso sea a la inversa: que el festival venga a nosotros y no nosotros al festival. A la gente en Bogotá le ayuda a entender que el Sónar, una marca reconocida internacionalmente, valida sus procesos musicales locales. Tenemos una especie de complejo tercermundista que nos lleva a buscar la validación de fuera en las cosas de dentro”.

Son casi las 21.00 y, tras un comienzo lluvioso, el complejo de Vicente López está lleno de gente bailando al ritmo del grupo Hot Chip. Lo mismo sucederá después con The Chemical Brothers, BBS Tecno y otros artistas de la programación. El Sónar, a orillas del Río de la Plata, es una realidad vibrante que reúne a 17.000 jóvenes. Y, mientras la música hace mover el esqueleto, uno de ellos, Andrés Fernández, define con un marcado acento porteño el evento musical con una sola palabra, genuina del rico vocabulario cotidiano de Buenos Aires: “¡Bárbaro!”.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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