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Las lecciones de Krauze

El historiador explica a los jóvenes los recovecos del pasado mexicano

Pablo de Llano Neira
El historiador Enrique Krauze en Guadalajara.
El historiador Enrique Krauze en Guadalajara.SAÚL RUIZ

El escritor e historiador Enrique Krauze le dio una regla de oro a los adolescentes que lo interrogaron en la FIL de Guadalajara sobre la actualidad y la historia, la compleja historia de México: "No se ha dicho nunca la última palabra sobre el pasado". Con ayuda de las preguntas de los chicas y chicas que abarrotaron el auditorio, el intelectual repasó varios temas.

Empezando por el México de hoy. Un joven le preguntó si se podía "rescatar" algo de los últimos tres sexenios presidenciales. Krauze apuntó a la economía. "Crece de manera pequeña, pero en terminos relativos a América Latina al menos crece". También, comparativamente, señaló que las libertades civiles son mayores. "En tiempos de la represión estudiantil del 68 el presidente era un monarca. La vida política era más opresiva que la de hoy". Pero no dejó de calificar Ayotzinapa como una tragedia histórica emparentada con otros horrores del pasado, como la propia matanza del 68: "Ayotzinapa abrió una herida que en el fondo nunca se había cerrado y que en el fondo creo que nunca cerrará".

El progreso en la igualdad de género fue otro punto destacado por él. "Hemos ganado en democracia de sexos". "Una de las novedades más importantes de los últimos 40 años ha sido la emergencia de la mujer en el espacio público, y espero que se generalice más en la generación de ustedes".

Siguiendo el hilo de las preguntas de los muchachos, el historiador que ha destripado minuciosamente a todas las figuras de la caudillología mexicana se adentró también en los tiempos de la Revolución y del régimen previo de Porfirio Díaz, del que opinó que existe un juicio exageradamente negativo. "Con él, el país creció económicamente a lo largo de cuatro décadas. El fenómeno material del porfirismo fue positivo. En donde falló mucho es en la política, porque se creía el padre de los mexicanos. No debió quedarse 36 años en el poder. Y fue represor, pero no tanto comparado con lo que vino después. Comparado con las matanzas de los generales revolucionarios, Porfirio fue una dama de la caridad".

Con respecto a la sangrienta revolución, en la que se calcula que en diez años murieron cerca de un millón de personas por causa directa de la violencia política y por enfermedades y hambrunas, el autor de Biografía del poder también aplicó la justicia historiográfica y recordó a los estudiantes que aquellos tiempos de balas y caballos cansados trajeron un impulso objetivo a las condiciones de vida de los campesinos y sobre todo de los obreros urbanos: "México se convirtió en un país con una vocación social que no tenía en el siglo XIX. Fue una revolución menos fracasada que la soviética o la china".

En la última fila, hacia el final del encuentro, un muchacho que había estado muy atento le preguntaba a una compañera de estudios con gesto desconcertado: "¿Pero qué significará incursión?".

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