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Carcajadas y pensamiento en ‘la cocina’ de ‘Claves’

La revista que fundaron Javier Pradera y Fernando Savater celebra su cuarto de siglo

Juan Cruz
De izquierda a derecha, Roberto Blanco Valdés, Helena Béjar, Fernando Savater y Josquín Estefanía, en la biblioteca Eugenio Trías, en la celebración de los 25 años de 'Claves'.
De izquierda a derecha, Roberto Blanco Valdés, Helena Béjar, Fernando Savater y Josquín Estefanía, en la biblioteca Eugenio Trías, en la celebración de los 25 años de 'Claves'. SANTI BURGOS (EL PAÍS)

Un cuarto de siglo pensando en cosas muy serias, juntando a intelectuales cuyas colaboraciones son referencia sobre el porvenir y el pasado de la humanidad…, pero nunca faltó una buena carcajada en la 'cocina' de Claves de la Razón práctica, la revista que fundó Javier Pradera con Fernando Savater y que ayer celebró en la biblioteca Eugenio Trías del Retiro su cuarto de siglo de existencia.

Lo de las carcajadas lo contó Joaquín Estefanía, consejero de Claves y exdirector de EL PAÍS (periódico de Prisa, que también edita Claves). Esas risas se oían en toda la planta donde trabajaba Pradera. Era el ingenio de Savater celebrado por Pradera y por Nuria Claver (la secretaria de Redacción) mientras decidían el índice y el diseño. Ahora no está Pradera, que murió hace cuatro años; Savater dirige, Nuria Claver sigue siendo la que pone en orden las ideas y los encargos, pero los que escucharon a Pradera reír con ellos no pueden olvidar esa firma de buen humor que tenían aquellas juntas.

Claves fue la consecuencia del prestigio intelectual, como editor y como editorialista de EL PAÍS, de Javier Pradera; a esa solvencia suya como escritor y como ciudadano se debe en buena medida que el filósofo Aranguren dijera que este periódico era “el intelectual colectivo” de la Transición y el posfranquismo. La combinación Pradera-Savater convirtió Claves, dijo Estefanía, en un milagro, pues no es común que en este país dure un cuarto de siglo una aventura de pensamiento serio y contundente como el que evidencia el catálogo de esta revista.

Pero, dijo Savater, sin lectores “no hubiéramos hecho nada”; esos lectores han demostrado que hay una parte de la sociedad que aguarda que el debate intelectual deje abiertas las cuestiones; “tolerante y amplio no significa vacío”, así que esas cuestiones que ha ido proponiendo Claves a lo largo de estos veinticinco años “han estado constituidas más de preguntas que de respuestas”. A Savater le gustó que el acto se celebrara en lo fue la Casa de Fieras. El pensamiento y las ideas son “la parte sin domesticar” que tiene la sociedad.

Con Savater y Estefanía intervinieron los profesores Helena Béjar y Roberto Blanco, ambos colaboradores de Claves. La sala estaba llena de nombres propios que están en el índice de Claves, aparte de otros intelectuales o académicos, además de Natalia Rodríguez Salmones, la viuda de Pradera, y de Máximo, hijo de este. Luego se brindó por Claves, con vino, y se rió, claro, como en aquella cocina de la revista.

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