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‘Detective Marañón’, la extorsión contada como un chiste

El colombiano Salomón Simhon se estrena con una comedia negra que convierte en sátira uno de los mayores problemas del país

Ana Marcos
El director de cine Salomón Simhon
El director de cine Salomón SimhonDYNAMO PRODUCCIONES

El detective Marañón abre mucho los ojos, siempre en estado de alerta. Tiene el pelo pincho. Pasa la mayor parte de su tiempo con los videojuegos. Bebe en una taza de piezas de lego y consulta la hora en un reloj también fabricado con piezas de lego. Es extravagante y metódico. Una fórmula que le hace muy bueno en su trabajo detectivesco y que además lo convierten en un modelo alternativo de contar parte de la idiosincrasia de Colombia. "Decidí hacer una sátira, una comedia negra sobre el mal manejo de la extorsión y la doble moral de los políticos", explica Salomón Simhon, cineasta colombiano que se estrena en el largometraje con Detective Marañón.

El filme le llegó por encargo. Con el guion en la mano, Simhon dotó a los personajes de las maneras propias de un cómic, cambió la música y recreó una propuesta visual alejada del dramatismo y la oscuridad. Si Marañón abre tanto los ojos no es solo porque tenga ademanes grandilocuentes, es también "el estado natural de un bogotano", plantea el director. "Siempre atento a quien camina detrás de él por si le van a robar". Su ropa y su oficina son azules, el tono que representa "la solución, la salida". El mundo de la política es amarillo, es decir: "el oro, la riqueza, el poder". El ambiente de la calle está representado por el rojo, "la sangre, la pasión". La suma de los tres tonos conforma la bandera de Colombia y, en palabras de Simhon: "lo que somos".

"Cine hiperreal sobre un chiste", apunta. "Una problemática muy seria que ya se volvió algo normal y que aquí tiene forma de cuento de hadas". Aparecen políticos corruptos de dudosa moral; jóvenes que venden su cuerpo y alma para sobrevivir en zonas deprimidas; detectives acostumbrados a lidiar día tras día con los mismos casos ante la falta de respuesta policial e institucional. Un espejo ante el espectador que, en este caso, provoca más sonrisas que lágrimas y que coloca a Detective Marañón en un compartimento distinto al resto de películas de temática similar.

Colombia salió victoriosa del último festival de Cannes con el galardón a La tierra y la sombra de César Augusto Acevedo, una película sobre la identidad y la memoria perdidad. El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, retrata un Amazonas en blanco y negro que llena desde hace seis meses las salas de cine. Alias María aborda la maternidad de una menor guerrillera en la selva. Siempreviva es la historia de una joven desaparecida durante el asalto al Palacio de Justicia colombiano. Todas estas propuestas navegan sobre aspectos de la idiosincrasia colombiana, como hace el filme de Simhon; todas están aparejadas a esas etiquetas que relegan un tipo de cine a salas alternativas y; todas, con independencia del tono, han conseguido que el país se recoloque en el mapa cinematográfico mundial.

"El cine social debe existir, sobre todo en el contexto actual", dice el director ahora en el papel de programador. No solo se sienta en la silla del realizador, desde hace algo más de un año dirige Tonalá, sala alternativa de cine en Bogotá, donde lucha contra el gigante hollywoodiense con nuevas propuestas audiovisuales. "En este momento el país tiene algo que decir, se podría comparar al cine neorrealista que se hacía en Italia en los cuarenta", continúa. "Aunque la gente no se sienta agusto ante la pantalla, hace falta contar este tipo de historias".

Con esta convicción, Simhon apuesta entre el 30 y el 35% del cine que se exhibe en Tonalá a América Latina, con una fuerte presencia local. "Nos hemos dado cuenta que a los colombianos les gusta el cine colombiano. Son las más taquilleras", asegura. Decidió abrir este espacio en la capital colombiana después de vivir dos años al lado de las salas Tonalá en México D.F. Se programan cuatro películas al mes y rotan en todos los horarios para que todas tengan la misma oportunidad. "Buscamos proyectos con una intención, una narrativa o un contenido particular. Una forma de ver el mundo diferente". Se jacta de que hasta el momento no han programado nada comercial. "Y de estudio muy pocas, solo de directores que admiramos como Paul Thomas Anderson, que trascienden lo comercial o lo independiente, simplemente hace buenas películas".

Detective Marañón se podrá ver en Tonalá en formato de presentación especial, no como estreno. Es decir, con pocas proyecciones. "Son películas que no son lo suficientemente especiales", ríe. "En este caso no es tan personal al ser por encargo". En el resto de cines del país tendrá que pasar la prueba del primer fin de semana. Esa trampa que solo permite que una película sobreviva en Colombia a los dos primeros días de estreno si la taquilla va bien.

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura, encargada de los temas de Arte. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue parte del equipo que fundó Verne. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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