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Medialab-Prado, premiado por la Fundación Europea de la Cultura

El laboratorio ciudadano, galardonada por "proyectos que han animado los procesos democráticos en el marco de la cultura digital en España"

Isabel Ferrer
Un grupo de Medialab Prado editando.
Un grupo de Medialab Prado editando.Medialab Prado

El laboratorio ciudadano de cultura digital Medialab-Prado, con sede en Madrid, ha sido galardonado con el Premio Princesa Margarita 2016, otorgado por la Fundación Europea de la Cultura y dotado con 25.000 euros. Apoyada por el Ayuntamiento madrileño, la plataforma galardonada es un espacio abierto donde se organizan talleres de formación, seminarios, conferencias, debates y conciertos. Según el jurado, "ha encabezado numerosos proyectos que han animado los procesos democráticos en el marco de la cultura digital en España". Al reunir a gente diversa con distintas habilidades, también ha demostrado que es posible "crear un núcleo digital común a través de España y a escala global".

Marcos García, director de Medialab-Prado, ha explicado que le gustaría emplear el dinero del premio "en un proyecto específico". Para él, el premio supone una gran oportunidad para que más personas puedan acercarse a Medialab-Prado y participen en alguno de los proyectos en marcha. Para García, lo que se ha valorado es que Medialab es "un componente experimental bastante grande, sobretodo a la hora de proponer que las instituciones culturales sean abiertas a la participación de los usuarios".

Otro premio ha recaído en el grupo húngaro de teatro Krétakör, dirigido por Árpád Schilling. En su caso, por "el uso de la dramaturgia para animar el debate y la conversación desde distintos puntos de vista". Desde el año 2008, Krétakör ha transformado el teatro en un foro social que llega a las escuelas y diferentes regiones de Hungría "en busca de compromiso para afrontar los retos sociales del país y de Europa". Medialab-Prado, por su parte, surgió en 2000 al ampliar el Consistorio su programa del Área de Las Artes. Abierto a todo tipo de grupos, adoptó su nombre actual en 2002 y trata de fomentar el intercambio de ideas aprovechando la tecnología digital.

Además de resaltar la importancia de la cultura en la creación de una Europa más abierta e inclusiva, la Fundación ha querido apoyar esta vez a grupos que "reúnen a la ciudadanía y animan nuevos modelos de participación democrática". Es decir, que son capaces de cambiar la forma de abordar problemas y contribuir a la reforma de las instituciones desde abajo y desde dentro.

Creada en Ginebra en 1954, la Fundación Europea de la Cultura apoya "las relaciones y expresiones culturales que permitan a los ciudadanos a compartir un futuro común en Europa". Inspirada por el filósofo suizo Denis de Rougemont -partidario de una Federación Europea- y el príncipe Bernardo de Holanda, su primer presidente fue Robert Schuman, uno de los impulsores de la Comunidad Económica Europea, actual Unión Europea.

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