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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Morbo

Recuerdo un salvaje programa de Telecinco en el que los concursantes debían acudir acompañados por su familia y amigos y les interrogaban sobre hechos progresivamente turbios de su vida

Carlos Boyero
Imagen de 'Gran Hermano 16'.
Imagen de 'Gran Hermano 16'.

Hace 40 años hubo quien acusó de padecer delirios a la imaginación del guionista Paddy Chayefsky por contar en la película Network que, ante el bajón de audiencia que sufre su programa, el trastornado presentador anuncia que en alguno de los siguientes se suicidará en directo. Las negociaciones con la cadena se aproximan a la sordidez, pero finalmente le permiten que ejerza como una especie de evangelista furioso, expresando su hastío, sus predicciones apocalípticas, todo tipo de blasfemias. Y llega el éxito, la audiencia es masiva, la publicidad se multiplica, los ejecutivos bailan. Todo muy lógico. También repugnante.

Intentas meterte en los inquietantes cerebros de los inventores de tanta mierda, en su conocimiento cínico y su desprecio hacia la condición humana, en el irresistible morbo que genera su oferta, su convicción avalada por el éxito de que el público no posee más de dos neuronas. Y recuerdo, no lo he soñado, un antiguo y salvaje programa de Telecinco en el que los concursantes debían acudir acompañados por su familia y amigos y les interrogaban sobre hechos progresivamente turbios de su vida. El premio en euros iba aumentando hasta extremos muy golosos si contestabas la verdad. Y el dilema que le planteaban a la codicia del interrogado era perverso. Al dueño de un restaurante le preguntaban si era cierto o falso que cuando se caía al suelo la comida volvía a colocarla en el plato del cliente. A otro, que afirmara o negara que el día de su boda se lo montó con su cuñada en el lavabo y sus genitales pillaron alguna enfermedad.

Me cuenta una amiga que ejerce de profesora en un colegio del extrarradio que, como prueba de admiración y de amor, algunos alumnos le han asegurado que su mayor ilusión sería que ella habitara la casa de Gran Hermano. Y que convencerían a sus padres y hermanos mayores para que la votaran y ganara el concurso. Sin comentarios.

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