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Raphael: “No tengo derecho a quejarme de nada”

El cantante desvela que prepara disco con temas nuevos y se titulará 'Inédito', en un encuentro con suscriptores de EL PAÍS

Patricia Peiró
Raphael, en un momento del encuentro.
Raphael, en un momento del encuentro.Julián Rojas

A Raphael no le gustaba en absoluto el chocolate. Desde 2003, al agua y la fruta de su camerino se han sumado tabletas de esta, para muchos, delicia. Negro, con avellanas o almendras, no importa. "Mi hígado de ahora debía estar acostumbrado a comerlo, así que ahora no me puede faltar", confesó este lunes en un encuentro exclusivo para suscriptores de EL PAÍS. Se refiere, por supuesto, a ese órgano de repuesto que le dio la oportunidad de una segunda vida hace casi 13 años. La charla, dirigida por Juan Cruz, tuvo lugar en la sede del diario y estaba organizada dentro del programa EL PAÍS +. Ante ellos admitió que la vida le ha tratado bien: "No tengo derecho a quejarme de nada".

No se habló mucho de pasado, más bien de presente y futuro. Hace solo un año actuó en un festival de música indie, el Sonorama. Acaba de grabar con la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión Española y ahora recorre los escenarios con esos músicos en una gira que sueña desde hace años. Ha vuelto al cine tras 40 años desde su última película de la mano de Álex de la Iglesia. Y planea sacar disco con nuevos temas que se titulará Inédito. "Hace años que hay un vacío de autores, que a mí no me emocionaba nada de lo que escuchaba, pero hemos reunido las canciones suficientes para grabar material nuevo".

Juan Cruz y Raphael durante la charla con los suscriptores.
Juan Cruz y Raphael durante la charla con los suscriptores.Julián Rojas

También hubo espacio para echar la vista atrás, claro. Y recordó aquella primera actuación con público. Cinco años, vestido de payaso con los colores de España, fracaso total: sus pantalones acabaron rasgados cuando él hizo un movimiento desafortunado. O la bofetada que le dio su madre la primera vez que volvió a casa a las dos de la madrugada porque venía del teatro. "No podemos estar así cada noche, mamá, esta es mi vida ahora, no voy a dejar de ir a las funciones". Porque el primer amor de Raphael fue el teatro. "Allí es donde sientes más cerca al público, que te devuelve al instante lo que tú le acabas de dar. Con el cine pasa más tiempo y cuando presentas la película casi se te ha olvidado todo".

El de Linares, aunque la mayor parte de su infancia y juventud la pasó en el barrio de Cuatro Caminos, en Madrid, se retrató como un perfeccionista. "Siempre pienso que ha faltado algo en la función que podría haber ido mejor". La crisis no le asusta y la retirada, tampoco. No sabe qué es lo que le alejará de los escenarios, pero asegura que cuando él se vaya "no pasará nada". Raphael sabe que ha sobrevivido muchos años donde otros perecen en poco tiempo: "Mi carrera está hecha. Me siento muy tranquilo. El público me va a proteger".

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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