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Marcos Ordóñez: “El público, en la oscuridad, parece un mar nocturno”

El crítico teatral y columnista responde a las preguntas de los lectores

El crítico teatral y columnista Marcos Ordóñez.
El crítico teatral y columnista Marcos Ordóñez.CONSUELO BAUTISTA

El crítico teatral y columnista respondió a las preguntas de los lectores.

1Antonia Iborra 11/11/2015 12:06

Señor Ordóñez, ¿ha visto alguna obra recientemente en el festival de Temporada Alta que haya valido la pena?

Recientísimo: el pasado fin de semana. “El matrimonio de Maria Braun”, adaptación del peliculazo de Fassbinder a cargo de Thomas Ostermeier. He visto muchas cosas buenas de Ostermeier, pero no me daba ese calambre desde "Shopping & Fucking". La de la otra noche era función única, con bofetadas para verla, en el Teatre Municipal de Girona. Un prodigio de síntesis, de puesta en escena, de ritmo, de actuación. Ursina Lardi, algo así como la respuesta alemana a Stella Stevens, era María. Y los cuatro actores restantes interpretaban a TODOS los otros personajes. Todos extraordinarios, pero ahora me vuelve Robert Beyer, transmutándose de madre a militar americano en cuestión de nanosegundos. Y una imagen entre muchísimas: los bombardeos de Berlín, evocados por una lámpara que se balancea y un poco de polvo que cae del techo. Ya lo contaré con detalle en Babelia, que la función lo merece.

2Emilio Ballester 11/11/2015 12:14

Señor Ordóñez, ¿ha leído los nuevos diarios de Gil de Biedma?

Menuda zambullida, Marta. Ha sido como esos reencuentros con un amigo al que hace siglos que no ves pero con el que la conversación sigue en el mismo punto donde la dejásteis. Un amigo al que apenas conocí (una lejanísima aunque muy larga charla, en 1980, en su piso de la calle Maestro Pérez Cabrero) pero que me dejó una enorme huella, tanto por su poesía como por sus ensayos. Los "Diarios" recuperan el del 56-57, que ya se repescó completo en el 91, pero ahora tiene nuevas y suculentas notas. A partir de ahí todo es nuevo: los cuadernos de la época de "Moralidades" (59-65), que muestran su minuciosidad a la hora de componer los poemas (y su caótica vida cotidiana); siguen los diarios del 78 y el último, de 1985, desolador, que narra su primer tratamiento por el Sida, en París. Pasmoso, extraordinario personaje: ¡qué singular combinación entre el gusto por la vida, la extrema lucidez, y la no menos extrema capacidad para la desdicha y el desastre! ¡Y qué enorme escritor, tanto en verso como en prosa! Hay que añadir (¿o ya lo he dicho?) que el prólogo y las notas de Andreu Jaume son ejemplares. Anoto un error, único en un libro tan cuidado (y fácilmente subsanable en la segunda edición, que la habrá): Fabià Puigserver nunca, que yo sepa, fue actor, sino director y escenógrafo. Y corto aquí, que no acabaría de hablar de este libro.

3Fernando Peñarroya 11/11/2015 12:18

Mañana Neil Young cumple 70 años. ¿Es alguien importante para usted?

Importantísimo. En lo alto del podio, junto a Dylan y Van Morrison. Neil Young es uno de los músicos capitales en mi vida, desde que escuché “Harvest” a mis lejanísimos quince añitos. Matizo: antes del álbum, porque lo primero que cayó en mis manos (lo tenía un amigo con pasta y muy buenas antenas) fue el single de “Heart of Gold” (cara A) y “Sugan Mountain” (cara B). No me gustan las listas, pero por una vez me adelanto: ahí va mi top-ten, por si alguien no ha entrado en el maremoto Young y le apetece. Tras “Harvest” siguieron “Everybody Knows this is Nowhere” y “After the Gold Rush” (que eran anteriores, pero escuché luego), “Tonight’s the Night”, “On the Beach”, “Zuma”, “Comes A Time”, “Rust Never Sleeps”, “Live Rust”, “Prairie Wind”. Ah, y “Weld”, su segundo gran directo. Su sonido con Crazy Horse no tiene igual. Recuerdo cuando apareció Springsteen con la E-Street Band. Mi mujer, siempre sabia: “Sí, suenan bien, pero no tienen ni la intensidad ni la pegada de Crazy Horse”.

4Miguel Ángel Herrero 11/11/2015 12:23

Hola Marcos. Varias preguntas breves. Me pareció muy interesante su artículo sobre Lilian Bayliss. Me gustaría saber si hay algún libro sobre ella. También querría saber si, dado que usted conoce bien a José María Pou, según creo, hay forma humana de poder escuchar los programas que él y Concha Barral hacían en RNE bajo el nombre de "La Calle 42". Sería maravilloso poder oírlos. Y la última, ¿qué tal se lleva formar parte con un texto suyo del montaje de Oriol Broggi de "Como gustéis"? Gracias por su amabilidad y su saber hacer.

Hola, Miguel Ángel. Debe de haber algún libro sobre miss Baylis, pero no lo conozco: yo rastreé su historia en textos diversos, como el muy recomendable “Changing Stages”, de Richard Eyre y Nicholas Wright, que seguro conoces, y el inencontrable (me temo: edición argentina de los 50) “El Old Vic”, de Gigi Lunari. Preguntaré a Pou por las más que posibles grabaciones de “La calle 42”, un programa apostólico, porque motivó muchas conversiones a la fe del musical americano. Lo de Oriol Broggi fue una muy agradable sorpresa: me pidieron permiso para incluir una de mis columnas de los jueves (“Te están esperando”, un homenaje a los cómicos) en el collage de “Al nostre gust”, que veré la semana que viene. Naturalmente, es una alegría y un honor.

5Fans Total 11/11/2015 12:25

¿No cree que de un tiempo a esta parte parece que nos rodea una marea de cerrilidad desatada? ¿O no es ninguna novedad?

Hola, Fans Total. Justamente el otro dia comentaba en Facebook que el mejor análisis posible de esa marea de cerrilidad (que no es nueva, desde luego, pero hoy tiene muchas más ventanas) me lo ofreció una amiga muy inteligente en Madrid, hará un par de semanas. Leía en el ordenador los comentarios de un periódico y dijo: “¡Cuánta soledad!”. Una expresión, tan sincera como certera, que puede brotar ante cada desafuero, cada sinsorgada dicha o puesta por escrito. Mi amiga pronunció la frase con una mezcla de pasmo y pena. Vuelvo a pensarlo y creo que tenía muchísima razón: toda altivez, todo encastillamiento en la bronca o la barbarie, suele nacer por supuesto de la falta de diálogo y de contraste, pero sobre todo de la soledad pura y dura: gente sin el don de la escucha, sin gracia ninguna, y con más onanismo que amor, por así decirlo.

6Raquel Jiménez 11/11/2015 12:26

Estimado Sr. Ordoñez Soy una teatrera y en apenas 24h estaré junto a mis compañeras del grupo TEATREVES defendiendo un espectáculo en el certamen de teatro de Carabanchel, en el que hemos quedado finalistas. ¿Alguna recomendación o consejo? Gracias

Hola, Raquel. Ahí van unos cuantos consejos. De Irene Escolar: “Piensa siempre en el presente y el objetivo de cada escena. En la diana, como dice el maestro Donnellan. Y ten agua a mano. O piensa en medio limón: a veces, el escenario seca la boca”. De José María Pou: “Lanza los textos como si tuvieras una enorme necesidad de comunicarlos. El público ha de sentir esas ganas: si son importantes para ti, lo serán para ellos. Entra alto y sal alto: hay que saber cogerles y saber soltarles”. Y uno que me dio la gran regidora Montse Tixé cuando tuve que pisar escenario: “Puede que te asustes al salir. El público, en la oscuridad, parece un mar nocturno. No lo ves, pero oyes su oleaje, y eso siempre impresiona. Tan pronto notes que el público te responde con un silencio o una risa, te crecerás, te sentirás feliz y no querrás bajar de allí”. Y las palabras rituales, que te envío desde aquí como colofón: ¡Adelante y mucha mierda!

7Dolors Iborra 11/11/2015 12:28

Marcos, ¿Alguna alegría musical, esta semana?.

Hola, Doloros. Varias, pero dos de ellas en el mismo lote: mi sobrina Carla me descubrió a los Hermanos Cubero y “La muerte en la Alcarria”, la preciosa película de Fernando Pomares, que protagonizan, y que vi en el Festival In-Edit. Los Cubero Brothers, guitarra y mandolina (la mandolina se llama Campanera: bonito nombre), tienen aire de “countrymen” de Tennessee o de “cool cats” de Nueva Orleans, con corbatas anchas y botas de pico. Yo creo que son hijos, por igual, de Agapito Marazuela y de Doc Watson. Y de Los Lobos, porque cantan jotas, seguidillas y mazurcas alcarreñas con ecos de bluegrass o de canciones mexicanas. La película de Pomares, que atrapa su esencia, me hizo pensar en un cuento de Ignacio Aldecoa (“Seguir de pobres”). No dicen ni una palabra, pero todo suena: el silencio de la Alcarria, habitado por el viento, el crepitar de las hojas, el sonido de las pisadas en la tierra. Y sus voces, claro, de una pureza superlativa. (A la mañana siguiente aireé la casa con su disco “Flor de canciones”).

8Juan Morris 11/11/2015 12:31

Se suele decir que el teatro es la vida misma menos las partes aburridas. En The Flick, ganadora del Pulitzer, los dos personajes principales malgastan una parte considerable de la obra limpiando el suelo de un cine, en un silencio tan hermético que los comentarios de perplejidad de parte del público retumban en cualquier rincón de la diminuta sala. Sí, el lenguaje corporal demuestra el desagrado y la insatisfacción de los personajes, pero no veo necesario subrayar esos sentimientos durante tanto tiempo. Al cabo de largos 90 minutos llega el entretiempo y somos varios (por ahí un 30%) los que optamos por abandonar el teatro, no sin antes preguntarnos si se nos escapa algo que sí han pillado los demás asistentes, el jurado del Pulitzer y parte de la crítica. Al parecer, los desertores son legión en cada función, disgustados ante un caso en el que el silencio ha dejado de ser mejor amigo del suspenso y pasa a ser un artificio pesado, postizo e innecesario. ¿Se podría citar algún ejemplo en el que largos tramos de silencio ayuden a profundizar la tensión dramática? ¿O es el abuso de la afonía un capricho posmoderno, como lo denunció con amargura un señor de edad avanzada al desertar el teatro acompañado por una resignada señora que evidentemente quería quedarse al segundo acto.

Hola, Juan. Caramba con “The Flick”: he leído maravillas acerca de ese texto, pero menudos silencios… Como todo en esta vida, no conviene excederse. Yo he visto piezas de directores que manejan admirablemente los silencios (Krystian Lupa, por ejemplo), pero sin llegar nunca a esos extremos. Ahora, por cierto, se está representando en la Villarroel barcelonesa, en version catalana, una función que ya se vio en la Abadía: “Maridos y mujeres”, de Woody Allen. Rigola conseguía y ha vuelto a conseguir un raro prodigido, doblemente raro porque no es frecuente en una comedia: el silencio que envuelve la escena de la separación del matrimonio protagonista, y que llegaba como si estuvieran en el porche de una noche de verano: casi se oían grillos imaginarios, por así decirlo. Y hay algo para mí más difícil todavía que hacernos percibir (con viveza y sin lata) el silencio: que los actores creen intimidad, que se hagan escuchar, metiendo en un puño a los espectadores, sin apenas levantar la voz pero proyectándola con fuerza y claridad hasta la última sílaba.

9Coronel Sartoris 11/11/2015 12:39

Buenas tardes Marcos, me gustaría saber cuales son tus libros de referencia dentro del genero epistolar. Yo ahora estoy con las cartas a Felice de Kafka. Muchas gracias y saludos.

Hola, Coronel. Para no andar haciendo listas, siempre fatigosas, elijo un libro precioso al que creo que no se le ha hecho justicia: “De mar a mar”, las cartas entre Rosa Chacel y Ana María Moix, compiladas por otra Ana, la profesora Rodríguez-Fischer. Moix, adolescente, descubre a Rosa Chacel por una edición de “Teresa” en un puesto de libros de viejo, localiza la dirección de la autora en Brasil y comienzan a escribirse. Un libro que es muchos: tiene algo de novela de iniciación, de fresco de época (la Barcelona de los sesenta), de retrato de artista adolescente y sobre todo, de crónica espiritual de dos generaciones separadas por el mar y el tiempo pero unidas por un amor absoluto por la literatura. Lo publicó Península en 1998 y lo reeditó hará un par de años la encomiable Editorial Camba, que, por cierto, acaba de repescar “La sinrazón”, descatalogadísima pieza mayor de la Chacel. Ya me contarás.

10Usuario Digital 11/11/2015 12:47

Por Anton Pavlovich: Buenos días, caballero. Hace un tiempo conseguí una recopilación de obras de Sarah Kane y no puedo decir que me impresionara, a día de hoy sigo sin considerar que su teatro tenga la calidad que muchos se empeñan en afirmar. Como es una opinión personal me gustaría saber qué le parece su teatro. Aprovechando la oportunidad que me da este chat, me gustaría reivindicar la figura de Tony Kushner, autor muy poco representado en teatros "comerciales" y del que apenas se ha traducido nada en España. Sigo recordando como uno de los mejores espectáculos que haya visto en mucho tiempo su "Eslavos" en el CDN. Un abrazo, compañero!

Hola, Anton. Creo que, como sucede con muchos autores, los textos de Sarah Kane hay que verlos en escena. Ahora que nadie nos oye, te diré que a mi me parecían una lata las obras de Beckett cuando las leí por primera vez, y me quedé boquiabierto al verlas representadas. Sarah Kane escribía siempre al límite. A mí me echan para atrás, por excesivas, sus primeras obras pero me parten el corazón las dos últimas: “Crave”, que Xavier Albertí montó en catalán (“Ànsia”), espléndidamente, y desde luego “4.48 Psychosis”, que vi en dos versiones: la que protagonizó Isabelle Huppert dirigida por Claude Regy, deslumbrante, y la recientísima, con Anna Alarcón, pedazo de actriz, en catalán, dirigida por Moises Maicas e Ivan Morales: debería girar por España, por cierto. Respecto a Tony Kushner, no vi “Eslavos” pero sí la primera parte de “Angeles en América”, un montaje sensacional de Flotats que le costó el cargo en el TNC (y le impidió, lástima grande, presentar la segunda parte, “Perestroika”, para mi gusto superior a la primera). Recuerdo también “Una habitación brillante llamada día”, creo que en el Albéniz, que funcionó poco, y dos soberbios montajes de “Homebody/Kabul”, el primero en inglés, dirigido por Declan Donnellan, en el Mercat barcelonés, y el segundo montado por Mario Gas en el Español. De la primera parte (“Homebody”) hizo luego una versión en catalán, que tradujo y protagonizó la enorme Vicky Peña en el Lliure. O sea, que de todas las citadas hay traducciones en catalán y castellano. ¿Alguien se atrevería a montar aquí “Caroline or change”, su estupendo musical ambientado en los días de la lucha por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos?

11Danny Coughlin 11/11/2015 12:53

Qué opinion te merece "Bailando con Lobos"?

Debo de estar padeciendo "dejà vu" por mi avanzada edad, querido Danny, porque tengo la impresión de que he contestado a esta pregunta, y además varias veces. Hay muchos westerns a descubrir. De la cosecha de los 60-70 te sugiero: "El hombre de una tierra salvaje", de Richard C. Sarafian; "Monty Walsh", de William Fraker; "Pequeño gran hombre", de Arthur Penn; "Los vividores", de Robert Altman, "Las aventuras de Jeremiah Johnson", de Sidney Pollack, y casi todos los de Peckinpah de esa fértil década , con "Grupo salvaje" y "La balada de Cable Hogue" a la cabeza.

12Danny Coughlin 11/11/2015 12:54

Qué te pareció la 5ª temporada de "Juego de Tronos"?

La vi con mucho agrado pero con creciente tristeza. Demasiada muerte, demasiada desolación.

13Fans Total 11/11/2015 13:01

Maestro, retomando el hilo de la semana pasada: ¿nos podría contar qué le está pareciendo el libro de crónicas del señor Caparrós?

Hola, Fans. Te contesto a la carrera: "Lacrónica" me parece sensacional, imprescindible. Con Martín Caparrós hay siempre mucho que ver y que leer y, para los que escribimos, mucho que aprender. El libro está repartido en crónicas y antecrónicas, en distintos cuerpos de letra. Yo me he abalanzado primero hacia las antecrónicas, porque ahí la voz de Caparrós cuenta por qué se dedica a esto y como se plantea el trabajo: esa parte es una suerte de memorias periodísticas y una absoluta lección magistral por entregas, con claridad y sin un átomo de pedantería. Y luego está la antología de las muchas cosas que ha escrito a lo largo de muchos años. Todas valen la pena, todas te dejan boquiabierto en un momento u otro. Lo único que me parece digamos mejorable es el título (y su miniteórica): eso de “Lacrónica”, seguidito, para jugar a desacralizar un poco el género obliga a decir/escribir “la lacrónica” cada vez y suena raro. Minucias aparte, hoy en día el término “maestro” se lo aplican a cualquiera. Caparrós es un maestro verdadero. (Y sigan esa editorial, Circulo de tiza. Ahí están publicando a algunos maestros verdaderos. Y maestras. De la crónica, de la entrevista, del artículo).

Aquí llegamos. Con el auxilio técnico y espiritual de Tomaso ('Dottore') Koch, Fernando ('Lonesome Rider') Navarro y Manolo ('Cheroqui Tusolo') Morales. Durante las respuestas han sonado, faltaría más, los trallazos (y los rugidos líricos) de Neil Young y Crazy Horse en 'Zuma'. Feliz cumpleaños, Neil. Y felicidad para todos ustedes. Hasta el miércoles que viene.

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