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La doble vida de Edwyn Collins

Un documental cuenta la recuperación tras un doble derrame cerebral de la estrella del pop

Edwyn Collins, durante un concierto en Madrid en 2010.
Edwyn Collins, durante un concierto en Madrid en 2010.Carlos Rosillo

Cuando Edwyn Collins y su esposa salían en coche del Royal Free Hospital londinense solían poner la radio. Aquel invierno de 2005, mientras él se recuperaba de una doble hemorragia cerebral, triunfaba la canción Nine Million Bicycles. Al que había sido la estrella del pop británico más cómicamente ácida de los ochenta la canción le parecía maravillosa. "¡Yo odiaba ese tema! Hortera y lleno de clichés: creo que él decía que le encantaba para hacerme rabiar", confiesa Grace Maxwell.

La mujer del líder de la banda Orange Juice, que luego se convertiría en una estrella mundial gracias a himnos como A Girl Like You, se preguntaba dónde estaba aquel antiguo Edwyn Collins (Edinburgo, 1959) que habría puesto todo su sarcasmo al servicio de la mofa de una canción que dice: "Hay nueve millones de bicicletas en Pekín, eso es un hecho, algo que no podemos negar, como el hecho de que te amaré hasta que muera". Pero después de sufrir el doble derrame cerebral que lo mantuvo diez días en coma y seis meses hospitalizado, su esposo hacía de forma sentida comentarios que en otra época habrían sido irónicos. Maxwell describe ese cambio en Falling and Laughing. The Restoration of Edwyn Collins, el libro con el que documentó el proceso: "Antes de que pudiéramos añorar su inteligencia, su fabuloso sarcasmo, su altísimamente desarrollado sentido del absurdo (¿dónde habrán ido?, ¿volverán?) teníamos que lidiar con cuestiones de simple identidad".

Estoy buscando la verdad, algún dulce día la alcanzaremos

En las primeras semanas, Collins sólo podía decir cuatro cosas: "Sí", "No", "Grace Maxwell" y "Las posibilidades son infinitas". El festival de documental musical In-Edit Beefeater estrena estos días un filme que emplea como título y promesa esta última frase. The Possibilities Are Endless, dirigido por Edward Lovelace y James Hall, explora de forma lírica esa recuperación de la memoria y el habla, esa reconstrucción del yo. Maxwell confiesa que echa un poco de menos al antiguo Edwyn, "tan magnético", pero él no se cela de su antiguo yo y mantiene una relación cordial con él. "Dentro de mi cabeza no me siento tan diferente. Sí, decía esa frase todo el rato en el hospital", explica, aunque su mujer no está tan de acuerdo: "Supongo que era una frase bonita dadas las circunstancias, pero cuando la escuchas repetida 80 veces en un solo día pierde el encanto".

En agosto de 2005, Collins pudo regresar a casa. En noviembre, pintó su primer pájaro: el cantante había trabajado como artista gráfico en el Departamento de parques de Glasgow y fue su esposa quien lo empujó al dibujo de nuevo. Durante ese tiempo volvió a componer tímidamente tarareando nuevos versos de una sencillez que antes habría descartado ("Estoy buscando la verdad, algún dulce día la alcanzaremos") pero que dieron lugar a nuevos álbumes como Losing Sleep, de 2010. En ese disco colaboraron nombres como Johnny Marr (The Smiths) o Franz Ferdinand, cuyo cantante Alex Kapranos puso la voz a la narración del documental de 2007 Edwyn Collins: Home Again.

Cayendo y riendo

Maxwell y Collins se conocieron en 1980, cuando Orange Juice triunfaban con la canción Falling and Laughing. El crítico musical Simon Reynolds definió ese éxito como "un tratado irónico sobre la absurdidad de ser esclavo de las humillaciones románticas". Lo hizo en Rip It Up and Start Again, su ensayo (titulado como otra canción de Collins) que analizaba la época del post-punk. Ambos títulos parecen ahora proféticos: "Cayendo y riendo" y "Rásgalo y empieza de nuevo". De hecho, la pareja se ha mudado de Londres a la localidad costera de Helmsdale, en la Escocia rural, y no han perdido el humor en estos tiempos difíciles: "Después de 30 años Edwyn y yo parloteamos en una especie de jerga secreta. Siempre ha sido así y era importante para mí hablarle de ese modo incluso cuando no me podía responder. Discutimos un montón. Para nosotros, eso es saludable". "Bueno, saludable, saludable…. Cuando estábamos en el hospital mi sobrino preguntó si el Tío Edwyn recuperaría su humor… Supongo que por suerte ha sido así". "¿Qué puedo hacer, sino aprender a reírme de mí mismo?", cantaba en Falling and Laughing.

Collins sufrió el primer derrame mientras cocinaba para su familia

Maxwell está aprendiendo a cocinar, ya que el encargado antes era Collins: de hecho sufrió el primer derrame mientras cocía unas patatas para ellos dos y su hijo William. En el documental, la esposa le corta las uñas y comparte una cerveza de jengibre con él, mientras que su hijo lo interpreta de joven y toca la guitarra con su padre en el sofá: Collins no ha recuperado la movilidad del brazo derecho, así que marca los acordes con la mano izquierda y su hijo (o su mujer) rasgan las cuerdas. El veinteañero también le ayuda a comunicarse con sus fans en internet. "Ha sido un salvavidas. Twitter son mensajes simples, que me ayudan a volver a comunicarme", explica Collins. Su mujer matiza ese entusiasmo: “Creo que a veces le obsesiona demasiado, pero es su elección. Cuando yo lo obligaba a sentarnos a la mesa de la cocina y practicar la escritura, lo odiaba. Cuando nuestro hijo lo introdujo en este mundo, Edwyn descubrió que tenía una utilidad: hablar con sus seguidores".

Sus fans parecen felices, aunque como Maxwell quizás añoren al antiguo Edwyn. Ese que encabezó una banda luminosa que se mofaba de campañas como Rock Contra el Racismo diciendo que se debería impulsar el Racismo Hacia el Rock. En sus primeras letras ya huía de la pose de rock star y del rol de macho cejijunto. Con esa actitud literaria, elevada y de un amateurismo sofisticado, Orange Juice ascendieron hacia el Olimpo independiente de la música pop de los ochenta. Entonces Edwyn era especialmente sarcástico con los periodistas más perezosos. Esa actitud ha desaparecido totalmente: "Bueno, supongo que era una combinación de timidez y arrogancia. Pero eso es la juventud, ¿no?". Poco queda de esa vanidad. "¿Cómo?", tercia Maxwell, "¡Edwyn es ridículamente vanidoso! Vanidad: su nombre real es Edwyn Collins. Este pájaro se ama a sí mismo, créeme". Su marido replica: "¡No, no es cierto! Soy modesto hasta decir basta. ¡Pelea, pelea, pelea!".

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