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Yo La Tengo repite la jugada

El montante final, de elevada excelencia, suena a compás de espera más que a paso al frente

Hace ya un cuarto de siglo, el guitarrista Ira Kaplan y su esposa, la baterista Georgia Hubley, publicaban Fakebook (1990), diáfana declaración de intenciones. Sus discos y conciertos hasta esa fecha habían primado la retroalimentación eléctrica sobre las baladas, situándoles en la avanzadilla de la inminente eclosión del rock alternativo, pero aquí se tomaban un respiro acústico, mostrando su afecto por la canción tradicional.

Su nuevo álbum repite la jugada, añadiendo al insustituible bajista James McNew —en el trío neoyorquino desde 1992— y recuperando al guitarrista Dave Schramm, presente en Fakebook. Pero la premisa resulta esta vez ilusoria: en realidad, tratan de ganar tiempo tras la cima conquistada en el anterior Fade (2013), que funcionó como densa síntesis de su estimable trayectoria y, al tiempo, vislumbraba con sobrecogimiento la mortalidad, tras un percance cardiovascular de Kaplan. Stuff Like That There les devuelve a un hábitat acústico y a la mezcolanza de canciones ajenas y piezas propias revisitadas.

Entre las primeras, títulos de Hank Williams, The Lovin’ Spoonful y The Cure y de olvidadas bandas coetáneas que no tuvieron su fortuna: Antietam o Great Plains. Entre las rescatadas de su cancionero, resuenan memorables ‘The Ballad of Red Buckets’ o ‘Deeper into Movies’. Incluyen dos nuevas composiciones, pero el montante, de elevada excelencia, suena a compás de espera más que a paso al frente.

Stuff Like That There. Yo La Tengo. Matador-Popstock!

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