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Perera pretende reaparecer el 15 de noviembre en Lima

El torero aún se recupera de la grave cogida que sufrió el 15 de septiembre en Salamanca

Perera, en la Feria de Colombinas de Huelva, el pasado agosto.
Perera, en la Feria de Colombinas de Huelva, el pasado agosto.EFE

El torero Miguel Ángel Perera, que el pasado día 15 de septiembre sufrió en Salamanca una de las cogidas más graves de la temporada, asegura que durante todo este tiempo lo ha pasado peor por su familia que por él mismo, y que su deseo es reaparecer el 15 de noviembre en Lima. 24 días después de las dos cornadas que le atravesaron el abdomen, Perera reconoce encontrarse "bastante recuperado", a pesar de que su aspecto aún evidencie las secuelas de tan brutales heridas, sobre todo por su acentuada delgadez, la palidez de su rostro y su cautelosa manera de caminar.

Así y todo, Perera confiesa estar "mucho mejor" y, sobre todo, "más animado" después de recibir "tantas muestras de cariño" por parte de la familia taurina en todo este tiempo, pero reconoce también que todavía "falta un poco" para su vuelta a los entrenamientos. "Los últimos puntos me los han quitado hace poco más de una semana, está todo todavía muy reciente, y, aunque le evolución es buena, debo tener un poco de prudencia para que no haya ningún contratiempo que trunque el firme deseo de reaparecer el 15 de noviembre en Lima (Perú)", ha apostillado.

El extremeño recuerda "perfectamente" toda la secuencia de la cogida, que desde el momento en que el toro, de la ganadería de Garcigrande, lo prendió sabía que "iba herido" y que, además, lo que llevaba "era muy fuerte". Aunque pasó momentos "de verdadera angustia" camino de la enfermería, lo más duro, reconoce, tuvo que ser para su familia.

"A pesar de los miedos que siempre invaden a uno cuando se sabe herido de mucha gravedad, imagino que mi gente, los que estaba allí en la plaza, sufrirían más que yo. Así que imagino que los momentos de incertidumbre y de espera sin saber nada tuvieron que ser muy duros", ha remarcado. El percance truncó el gran final temporada que estaba realizando, un año en el que se encontraba "muy a gusto" en la cara del toro, admite. "Creo que, a excepción de mi paso por Madrid, el resto de la temporada, con sus más y sus menos, mantuve la regularidad que siempre se busca".

La de Miguel Ángel Perera en Salamanca ha sido la última de una amplia lista de gravísimas cornadas que se han producido esta temporada, algunas de ellas también de notable impacto, como las dos que sufrió Jiménez Fortes en el cuello en Madrid y Vitigudino (Salamanca) y la de Francisco Rivera Ordóñez en Huesca. Los cuatro percances capitales de un 2015 "de lo más sangriento", enfatiza Perera. "La verdad es que de los años que recuerdo este ha sido de los más cruentos. Ha sido tremendo. Qué cantidad de percances a tantos matadores, novilleros y toreros de plata y qué dimensión de muchos de ellos. Gracias a Dios, todos podemos contarlo", señala. "Todas demuestran que no hay nada ensayado, nada que sea ficticio, es todo verdad, todo entrega".

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