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EN CORTO | ANTONIO ORTUÑO

“De pequeño quería ser el centro delantero de las Chivas”

El escitor mexicano Antonio Ortuño responde el carrusel de preguntas de este diario

El escritor mexicano Antonio Ortuño.
El escritor mexicano Antonio Ortuño.Nadia Baram

Antonio Ortuño (Guadalajara, 1976) es uno de los escritores mexicanos contagiados por el humor negro y espontáneo de Jorge Ibargüengoitia. Su obra literaria y sus publicaciones en redes sociales lo demuestran: textos que reflejan el sabor agridulce que deja México. El autor de El buscador de cabezas (2006) y La fila india (2013) y finalista del Premio Herralde de Novela 2007 escribe en la revista Letras Libres sobre temas tan diversos como Lou Reed o la Universidad de Guadalajara. Irónico, asoma su personalidad en Twitter: “El Papa Francisco sacará un disco de rock progresivo. Suena como si Radiohead fuera a misa. Divertido y horrendo”.

¿Cuál fue el último libro que le hizo reír a carcajadas?

La excursión, de Gerald Durrel. Me lo llevé a la playa en verano y cada cierto número de páginas encontraba un pasaje sensacional y me revolcaba de risa en la arena. Espanté un poco a los gringos que tomaban el sol a un lado.

¿Qué significa ser escritor?

No es simple convencerse de que escribir tiene algún sentido más allá del goce particular. Lo que me parece inequívoco es que ser un escritor significa que, por lo general, ganas menos dinero que tus compañeros de escuela.

¿A qué personaje literario se asemeja?

Me temo que soy parecido a esos profesores de las novelas de Tom Sharpe a quienes la vida cotidiana se les echa encima: por la mañana estás en tu escritorio muy tranquilo y entonces el mundo te pone la zancadilla bajo la forma de un vecino, un cobrador, un policía.

¿Qué libro le cambió la vida?

Estas ruinas que ves, de Jorge Ibargüengoitia, me reveló que mi país, el de la calle, era un lugar tan literario como cualquiera.

¿Con quién le gustaría sentarse en una fiesta?

Con algún amigo al que lleve algún tiempo sin ver.

¿Qué libro regalaría a un niño para introducirlo en la literatura?

No sé. A mí hija mayor le regalé una vez la Eneida. Y le gustó.

¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?

Los míos pero mejor. Hay muchos preferibles pero no hubiera sido capaz de escribirlos.

¿Qué le reprochan sus amigos?

Me tienen una paciencia de santos.

¿Qué quería ser de pequeño?

El centro delantero de las Chivas de Guadalajara. Pero no llegué al 1,70 de estatura. Y en la cancha sólo atinaba a los tobillos de los rivales.

En una fiesta de disfraces, ¿de qué se disfrazaría?

A lo más que llegue fue a ponerme alguna máscara de robot espacial ilógicamente emotivo y sediento de sangre.

¿Shakespeare o Cervantes?

Frase por frase, Shakespeare. Cada vez que me da gripe leo la arenga de Enrique V a sus tropas para animarme. Pero el Quijote es mayor que todo. No hay que elegir entre autores principales.

¿Messi o Cristiano Ronaldo?

El Cholo Simeone, toda la vida. O su profeta en la cancha, que es Godín.

¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

Mi habitación.

¿Qué snack come mientras trabaja?

Café y agua.

¿Cómo fue su primera borrachera?

Apocalíptica: unos Caribe cooler en la fiesta de despedida de la primaria, a los 11 o 12 años. Me puse tan eufórico que caminé a mi casa desde la escuela, que estaba a unos ocho kilómetros. Y por el camino me puse a llorar.

Si pudiera tener un superpoder, ¿cuál sería?

Me conformaría con reparar apropiadamente cada una de las injusticias o barbaridades que he cometido.

¿Dónde no querría vivir?

Detesto el ruido indeseado. Cualquier sitio ruidoso me repele.

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