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El sendero de sangre de los elefantes

El periodista Bryan Christy investiga el terrorismo tras el mercado de los colmillos de paquidermo en ‘La guerra del marfil’, que se estrena el domingo en National Geographic

Eneko Ruiz Jiménez
Brian Christy observa una de las calaveras de elefante.
Brian Christy observa una de las calaveras de elefante.NATIONAL GEOGRAPHIC

Cuando la prensa mundial descubrió que un dentista estadounidense había abatido al león Cecil, símbolo de Zimbabue, el cazador se convirtió en el hombre más odiado del planeta. Pero la protección animal en África sigue siendo una asignatura pendiente. Cada día, 96 elefantes mueren asesinados en el continente, según Wildlife Conservation Society. Un paquidermo es cazado cada 15 minutos por la única razón de comerciar con sus colmillos de marfil. Esta valiosa posesión teje un relato de sangre, contrabando, poder y terrorismo.

Del 'bufete' a la aventura

Bryan Christy ha pasado seis años caminando por la ruta del marfil, una aventura que nada tiene que ver con su acomodada vida anterior, dedicada al derecho. La pasión por la escritura de Christy le llevó a trabajar de abogado, lo que en su juventud parecía la salida para practicar su afición sin preocupaciones monetarias. Tras años en un bufete, decidió, sin embargo, que no quería pasar el resto su vida en un despacho. "Debía seguir mi corazón". Su tío había sido agente secreto del FBI. Fue él quien le enseñó a cazar una historia.

Una investigación numeraria le llevó a escribir su primer artículo, pero fue su propio tío quien le dio el consejo que marcó el resto de su carrera: "Sigue tu pasión", le dijo. Cuando se cuestionó lo que le interesaba, lo tuvo claro: los animales. Así comenzó a fijar su mirada sobre el contrabando de la piel de serpientes o lo que conlleva el mercado del marfil. Sus investigaciones nunca tratan únicamente sobre las bestias, sino sobre cómo funcionan los negocios y crímenes más oscuros detrás de su comercio. "El periodismo de investigación sobre el mundo animal es muy pobre", reconoce.

Desde que un elefante cae abatido en Tanzania hasta que sus cuernos son tallados para hacer una valiosa estatua en China, las huellas del marfil narran una odisea. Esa historia es la que recrea el periodista Bryan Christy, nombrado explorador del año en 2014 por National Geographic, en el documental La guerra del marfil, que la cadena de la revista estrena este domingo a las 22.30. "Nunca se habla de la relación del terrorismo con el marfil. El mundo conoce a narcotraficantes como Pablo Escobar o El Chapo, pero todavía no les suena el nombre de Joseph Kony, líder paramilitar de Uganda cuyo ejército se financia con elefantes", explica Christy por teléfono.

"Como en cualquier entramado criminal, debíamos seguir el dinero para dar con los comerciantes". Para hacerlo, el equipo de Christy creó un falso colmillo con un GPS interno. "El principal temor era que los terroristas detectaran que no era real". El marfil, sin embargo, estaba tan logrado, que los detuvieron por contrabando en la frontera de Tanzania durante horas."Me gustan esos momentos cuando no sabes qué pasará, y, aunque pasamos miedo, era buen síntoma", recuerda. Hoy la señal está perdida, pero el rastro del cuerno los llevó hasta uno de sus principales objetivos: la venta al ejército sudanés, cuyo gobierno se ha negado a dar respuestas. "El colmillo podría estar ya en un barco a China. Allí el marfil marca un posición social".

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Durante los últimos tres años, 100.000 elefantes africanos han sido masacrados. La sabana de Tanzania está llena de calaveras de estos gigantes que en un futuro podrían dejar de pasear en libertad. La senda de destrucción deja miles de personas atacadas, violadas y asesinadas en los poblados que la rodean. "Detrás del marfil solo hay violencia. Los cuidadores de los parques acaban siendo la vanguardia de crímenes contra la humanidad", explica el periodista, que enlaza en su investigación a las milicias con el gobierno sudanés y, más allá, con la financiación de Boko Haram y otros grupos terroristas."El poder del marfil se traduce en dinero y armas".

El cadáver de uno de los elefantes.
El cadáver de uno de los elefantes.NG

En Tanzania y Sudán, Christy recogió algunos de los testimonios más duros: un sargento desertor del Ejército de Resistencia del Señor, la milicia de Uganda liderada por Joseph Kony; un niño soldado obligado a matar y ahora traumatizado por su pasado o una niña que con 13 años fue secuestrada y violada por los terroristas. "Son inocentes como los elefantes. Matan sin miramientos a unos y a otros".

"¿Dónde está el mundo?". En uno de los momentos más emocionantes del documental, Christy medita en un camión lleno de marfil y se hace esta pregunta. "La inacción es frustrante. Internet respondió a la causa de Cecil. Su historia se compartió. Pero no se actuó. No soy un activista, pero trato de contar historias que se adentren en el problema. En este caso la pelota está en el tejado de Sudán, que alberga crímenes de guerra, y de China, que debe limitar la venta del marfil".

Uno de los guardas del parque sentado en un cráneo de elefante.
Uno de los guardas del parque sentado en un cráneo de elefante.NG

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Eneko Ruiz Jiménez
Es periodista en la sección de redes sociales, aunque lo que más le gusta es hablar de cine, series y cómics. No sabe montar en bicicleta.

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