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DANZA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los cuidados del repertorio

El Ballet Nacional de Cuba [BNC] vuelve a Madrid con bastantes rostros nuevos en sus filas y con su versión de Lago de los cisnes esmeradamente presentada. Es un producto muy depurado y rodado que se mantiene y donde se le puede coger el pulso al conjunto, pues en la zona del gran repertorio académico-romántico donde despliegan sus saberes y los resultados de una escuela propia.

Una de las pocas compañías del mundo que llevaba en su repertorio de galas con fragmentos de los grandes títulos el pas de trois de Lago era en BNC, pues su versión era tan difícil y compleja, que podía competir con los grandes pas de deux más habituales en esas lides. Este detalle es una buena muestra de que la versión cubana del gran clásico por antonomasia pone a prueba no solamente a la pareja principal, sino al resto del elenco. Y es que realmente a lo largo de los cuatro actos resumidos en tres no hay nada fácil. Otro ejemplo de una tradición cubana, es que primeras figuras interpreten la breve pero intensa danza española del tercer acto, y en esta función la asumieron Anette Delgado y Dani Hernández con un resultado vistoso y chispeante.

EL LAGO DE LOS CISNES

Ballet Nacional de Cuba. Coreografía: Alicia Alonso (sobre la original de Petipa e Ivanov); música P. I. Chaicovski; escenografía: R. Reymena; vestuario: F. Montesinos y J. Castaño. Teatros del Canal. Hasta el 20 de septiembre.

El doble papel de cisne-blanco y cisne-negro fue asumido en la función del día 17 por la primera bailarina Sadaise Arencibia, mientras el Príncipe Sigfrido lo encarnó Alfredo Ibáñez. Sadaise hizo mucho mejor segundo acto que tercero. En el cisne blanco bordó algunos fragmentos y se la sintió más segura. Ibáñez ha mejorado muchísimo y además de ser un atento partenaire es un buen actor, da una refinada credibilidad al rol. Los mejores momentos los regaló esta pareja en ese segundo acto, ella con su dominio del braceo y buscando respuesta vital en el estilo y las maneras. Habría que elogiar su apostura clásica y su elegante mímica.

En el pas de trois mencionado más arriba, las más expertas Grettel Morejón y Jessie Domínguez estuvieron acompañadas por un joven que promete: Yankiel Vázquez, que tiene muchísimas condiciones naturales, buena presencia y aunque le falta aún un hervor escénico, debe seguírsele. El bufón de Alejandro Silva resultó enérgico y con nervio, y como en la versión de Alicia Alonso debe hacer de bisagra entre muchas escenas, en los actos primero y tercero es el personaje que más tiempo está en acción. No es el bufón un personaje antiguo en Lago, resulta ser invención reciente de los tiempos soviéticos. En las versiones de Zajarov y de Vainonen es donde aparece por primera vez y la mayoría de los montajes contemporáneos lo contemplan.

Al final de la función sacaron a saludar a la directora Alicia Alonso, que recibió una salva de aplausos calurosos.

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