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Feria de Albacete

Emoción, peligro, triunfo de Adame y cogida del picador Marcial Rodríguez

El varilarguero fue derribado y sufrió una cornada con dos trayectorias en el muslo izquierdo

El mexicano Joselito Adame cortó dos orejas y se convirtió en el primer triunfador de la feria de Albacete, que se inauguró con una interesante corrida de La Quinta, con cuatro toros buenos, y en la que Manuel Escribano también logró un trofeo.

Con dos tercios de entrada, se lidiaron toros de La Quinta, bien presentados y de juego desigual. Algunos destacaron por su casta y transmisión y otros desarrollaron peligro.

Eugenio de Mora: dos pinchazos y estocada (ovación); y bajonazo y media (silencio); Manuel Escribano: estocada (oreja); y casi entera y dos descabellos (ovación tras aviso), y Joselito Adame: estocada en la suerte de recibir ligeramente tendida (oreja tras aviso); y gran estocada en la suerte de recibir (oreja con petición de la segunda).

En la enfermería fue intervenido el picador Marcial Rodríguez de una ‘cornada en región escrotal izquierda con trayectoria descendente y en profundidad hacia la cara interna y posterior del muslo izquierdo, de 35 centímetros, que produce destrozo de la musculatura isquiotibial y adductor medial; hemorragia venosa muscular abundante’. Además, presenta ‘una segunda trayectoria de 15 centímetros que produce evisceración testicular y con dirección a región inguinal que afecta a piel y tejido celular subcutáneo, y luxación del hombro derecho’.

A Eugenio de Mora no le acompañó la suerte, pues tuvo el lote más complicado y deslucido en conjunto, con el que poco pudo hacer más que salir ileso de ambos trances.

Su primero fue un marrajo, un toro con muy malas ideas. Muy complicado para pararlo con el capote, derribó en varas, y ‘cazó’ de forma certera al picador Marcial Rodríguez.

En la muleta no regaló una sola embestida, peligroso de verdad. De Mora tiró de recursos para solventar la situación de forma airosa y acabar con su antagonista de la forma más digna posible.

El cuarto fue un calco del anterior, desarrolló sentido muy pronto y apenas dejó estar delante, y con el que De Mora se fue pronto a por la espada después de probarlo por uno y otro pitón.

Escribano anduvo muy solvente en su primera labor ante un toro que tuvo movilidad e incluso cierta calidad, aunque no acabara de romper por su tendencia a desentenderse de los muletazos. El torero se mostró variado con el capote, sobrado con los palos y muy limpio y templado en el último tercio, y logró la primera oreja del ciclo albaceteño. En el quinto también se vio a un Escribano capaz en todos los tercios, aunque fallara con la espada.

Adame sorteó en primer lugar al mejor toro de la corrida, un animal de vibrantes y encastadas acometidas, al que planteó batalla con firmeza y mucha seguridad, ligó las tandas por el derecho con mucha rotundidad, y llevó la emoción a los tendidos, que vibraron con el toreo del espada de Aguascalientes.

El sexto fue otro gran toro, bravo en varas, que lanzó por los aires al picador de turno, y muy emocionante en la muleta, donde se movió con mucho motor y repitiendo las embestidas. Adame firmó una labor emocionante, y formó un lío ante el clamor de los aficionados.

El corolario fue una gran estocada en la suerte de recibir, que tiró al toro sin puntilla, dio paso a una marea blanca de pañuelos en demanda del doble trofeo, pero un cicatero presidente decidió dejarlo en una sola.

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