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El festival de Venecia se da un baño de realidad

El certamen arranca hoy con una apuesta por nombres nuevos e historias verídicas La cita acoge 10 filmes de América Latina y tres españoles

Tommaso Koch
Un trabajador limpia uno de los espacios del 72º festival de cine de Venecia.
Un trabajador limpia uno de los espacios del 72º festival de cine de Venecia.MANUEL SILVESTRI (REUTERS)

A veces el cine cuenta historias increíbles. El espectador sueña desde la butaca con mundos imaginarios y personajes tan magnéticos como irreales. Por ejemplo, Equals, de Drake Doremus, una de las películas que compite en la 72ª edición del festival de Venecia, narra un futuro alternativo donde las emociones han sido canceladas. Sin embargo, en buena parte de las proyecciones de la sección oficial, desde hoy hasta el 12 de septiembre, el público tendrá una sensación familiar: la de sentarse ante el noticiario. O, en ciertos casos, ante el pasado. Porque al menos la mitad de los filmes que pelean por el León de Oro está inspirada en hechos reales o cuenta historias ligadas a la actualidad.

Las tramas, eso sí, confirman aquello de que la realidad a menudo supera la ficción. Así, Venecia acogerá desde los niños soldados de Beast of No Nation, de Cary Fukunaga, al asesinato de uno de los políticos clave de la historia israelí en Rabin, The Last Day de Amos Gitai, pasando por la vida de la transexual Lili Elbe, en The Danish Girl, de Tom Hooper o la serie de secuestros que encadenó la familia Puccio en la Argentina de los ochenta, en El clan, de Pablo Trapero. “Hay muchos filmes que se inspiran en hechos reales, como si el cine de autor buscara cierto anclaje a la verdad”, ha declarado el director del certamen, Alberto Barbera, al diario italiano La Stampa. Y lo cierto es que la lista podría continuar con temas como el SIDA, la mafia, las protestas en Estambul, la ocupación nazi de Francia o la utopía contemporánea de un contrato fijo.

Aparte de la realidad, el festival de cine más antiguo del mundo quiere apostar también por la novedad. Tanto que el anuncio de la sección oficial dejó a los críticos divididos entre quien echaba en falta a más cineastas de renombre y quien aplaudía el atrevimiento de Barbera. De ahí que Venecia presente a muchos autores que sonarán casi solo a los cinéfilos y otros que directamente ni a ellos. El director más conocido es probablemente Hooper (El discurso del rey, Los miserables). Hay algún veterano, como Marco Bellocchio –tiene un León de Oro a la carrera aunque nunca ganó el festival- o el polaco Jerzy Skolimowski, pero 16 de los 21 directores que optan al León de Oro participan por primera vez en La Mostra. Algunos, como el venezolano Lorenzo Vigas o el italiano Piero Messina, presentan incluso su primera película de ficción. Apenas hay dos directoras (Sue Brooks y Laurie Anderson) y solo uno de los contrincantes cuenta con un triunfo en Venecia: el ruso Aleksandr Sokurov, que tras sorprender en 2002 con El arca rusa, rodado en el museo Hermitage de San Petersburgo en un solo plano secuencia, se ha lanzado ahora a filmar por los pasillos del Louvre en Francofonia.

Un hombre pedalea frente a una de las sedes de La Mostra.
Un hombre pedalea frente a una de las sedes de La Mostra.MANUEL SILVESTRI (REUTERS)

Fiel a la consigna que repite desde hace años –“el cine del futuro es el de América Latina”-, Barbera ha pescado abundantemente por esos lares. Además de la argentina El clan y la venezolana Desde allá, que irán a por la victoria final, el festival cuenta con seis películas (tres largos y tres cortos) latinoamericanas en la sección paralela Horizontes, además de la proyección de La calle de la amargura, del maestro mexicano Arturo Ripstein, fuera de concurso. Y en Venice Days, apartado dedicado a los nuevos talentos prometedores y las últimas creaciones de artistas consagrados, se exhibe La memoria del agua, del chileno Matías Bize, ganador de un Goya al mejor filme hispanoamericano por La vida de los peces. ¿Y España? El deseo, de los hermanos Almodóvar, coproduce El clan y es la única presencia española en la competición. En Horizontes estará el corto Zero, de David Victori, y en Venice Days se juntan un veterano y un debutante: Carlos Saura, con Zonda, folclore argentino, y Dani de la Torre, con El desconocido.

Al tirar tanto la manta hacia el cine de autor y el riesgo, el festival pasará quizás algo de frío por la falta de estrellas. Una vez cancelada la proyección de The Audition, cortometraje de Scorsese con DiCaprio y De Niro, se reducen los divos de Hollywood que zarparán hacia el Lido: Johnny Depp, Mark Ruffalo, Jake Gyllenhaal, Dakota Johnson, Kristen Stewart o Brian De Palma, protagonista tanto de un homenaje como de un documental sobre su trayectoria, son lo que queda, entre otros, de una lista que en las quinielas preVenecia se preveía más robusta. En el fondo, Barbera ha repetido una y otra vez que el hallazgo de nuevos creadores le importa mucho más que la guerra con certámenes como Toronto o Telluride por los estrenos mundiales. Aun así, las superproducciones Everest -que inaugura el festival-, Black Mass y Spotlight se verán por primera vez en Venecia. Las tres cuentan, cómo no, historias reales.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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