Polémica por la cancelación del cantante judío de EE UU Matisyahu

Casi caía la medianoche del sábado, jornada inaugural de la 22ª edición del festival Rototom Sunsplash de Benicàssim, cuando el Facebook de la muestra castellonense de reggae anunciaba que cancelaba la actuación del cantante judío estadounidense Matisyahu ante su falta de respuesta a la petición de los organizadores de que se pronunciase sobre el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado. Una petición formulada tras la campaña promovida por BDS País Valencià (Boicot, Desinversiones y Sanciones) contra el músico, al que acusa de “sionista” y de “justificar un Estado [de Israel] que practica el apartheid y la limpieza étnica”. Cinco participantes en el foro social de la muestra, que no es sólo musical, se sumaron al boicot.

La cancelación de la actuación de Matisyahu, de quien el propio Rototom destacaba hace unos meses su “peculiar estilo en el que el rock y el hip hop se fusionaban con los ritmos más reggae para vehicular letras inspiradas tanto en la cultura hebrea como en lo cotidiano”, centró la jornada fuera del plano musical.

La Federación de Comunidades Judías de España rechazó ayer de plano una decisión “cobarde, injusta y discriminatoria”, además de criticar que por la condición de judío “se le exige un posicionamiento político no requerido al resto de participantes” y de recordar que diversas instituciones valencianas aportan financiación al festival.

Para el músico venezolano Baroni One Time, está más que justificada su cancelación por “racista”. “Es el pueblo soberano quien ha pedido que no esté ese artista en el cartel”, afirmó. El sí que mostrará su arte dentro del ciclo La República Bolivariana de Venezuela presente en Rototom Sunsplash.

“Para mí se trata de un artista en la periferia del reggae y me interesa muchísimo más el lirismo de Etana [quien sustituirá a Matisyahu]. Con su silencio, claramente otorga”, opinó el presidente de la Asociación Cultural Reggae, Lorenzo Flores.

Miguel Caamaño, director del programa radiofónico Alma de León, de Radio 3, que emite en directo desde el Rototom, considera que la decisión del artista de no pronunciarse obedece a intereses económicos y a que entre sus seguidores “se encuentran muchos ortodoxos”.

Rebeca V., debutante en el Rototom con caseta de artesanía propia, señalaba: “Este tipo de arrepentimientos por los programadores frente al derecho a no pronunciarse por parte del artista son lógicos: cada uno vela por sus intereses”. Entre el público, la joven María P. también opinaba: “Es una mala noticia no poder verlo. Me gustaba bastante al principio, cuando hacía beatbox. No entiendo que haya que posicionarse siempre, más aún cuando no es activista político. La diversidad debería ser escuchar todos los puntos de vista. ¿Cuántos de los que disfrutan con este tipo de música censuran a los artistas por su cierta misoginia?”.