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Los clásicos de Disney ganan carne, hueso y dinero

‘La bella y la bestia’ está en pleno rodaje en los estudios londinenses de Shepperton

Los Angeles -
'Cenicienta', en su versión protagonizada por Lily James.
'Cenicienta', en su versión protagonizada por Lily James.Jonathan Olley

Cuando abra sus puertas la semana próxima en Anaheim (California), la llamada D23, convención bienal de todo lo que se puede saber de los estudios Disney, parecerá un remake de Pinocho. La marioneta siempre soñó con ser un niño de carne y hueso. Pero ahora todos los personajes animados de Disney comparten su deseo: a lo largo de los próximos años, la compañía irá transformando sus clásicos de animación en megaproducciones de imagen real.

El libro de la selva, Dumbo, Winnie the Pooh, La bella y la bestia, Mulán y Merlín el encantador —el anuncio más reciente, la semana pasada— son algunos de los títulos previstos. Adaptaciones o remakes, todo vale para describir estas nuevas versiones de unos cuentos infantiles que en la mayor parte de los casos el propio Walt Disney convirtió en historias eternas. “No son ni mejores ni peores. Son diferentes”, describió a EL PAÍS Kenneth Branagh, director de la reciente adaptación real de Cenicienta, en referencia a lo que parece una moda. “Estos clásicos animados son piezas mágicas de nuestro cine que en algunos casos tienen 50 o 60 años y muchos no han visto”, añadió.

La política de adaptaciones responde a la necesidad de apostar seguro

Más que la nostalgia o la magia, estas versiones tienen otra motivación: el dinero. Según Variety, la nueva política de Disney responde a la necesidad de Hollywood de apostar seguro. Con presupuestos de entre 137 y 164 millones de euros, el estudio quiere monetizar títulos que ya funcionaron, cuentan con seguidores y están libres de derechos de autor. “Hollywood siente una aversión al riesgo. Estos títulos ya están vendidos”, recordó la revista.

La moda comenzó en 2010 con la versión de Tim Burton de Alicia en el país de las maravillas y se confirmó con el éxito de Maléfica y posteriormente, Cenicienta, de Branagh. La primera recaudó en la taquilla mundial 931 millones de euros y ya tiene una segunda parte en marcha. La segunda cifró su éxito en 692 millones y la tercera en 493. En realidad, no es sino la parte más pequeña de los ingresos de un estudio como Disney, que basa sus beneficios en lo que consigue con sus parques y con el merchandising. Y personajes como Maléfica o Cenicienta disfrutan ahora de una nueva vida.

Todo empezó en 2010, con la versión de ‘Alicia en el país de las maravillas’

La nueva versión de Merlín el encantador ya está en marcha con el guionista y productor de Juego de tronos Bryan Cogman, que está escribiendo un primer borrador del guion. El estreno de El libro de la selva está más cerca, previsto para este año con una mezcla de imagen real y animales generados por ordenador al estilo de La vida de Pi, y con las voces de Bill Murray como Baloo, Christopher Walken como el rey Louie o Scarlett Johansson como Kaa la serpiente. La adaptación de La bella y la bestia está en pleno rodaje en los estudios londinenses de Shepperton con Emma Watson como protagonista. Y eso que iba a ser ella la estrella de Cenicienta antes de ser sustituida por Lily James. Ambos casos prometen ser adaptaciones fieles de los clásicos.

Lo mismo ocurre con Mulán, un filme de la segunda edad de oro de la animación en Disney que prepara su reentrada en el campo de la imagen real. Otros de los proyectos se distancian más de sus orígenes. Dumbo estará en manos de Tim Burton y quiere conservar partes animadas. En el caso de Winnie the Pooh, el realizador Alex Ross Perry quiere llevar a la pantalla una versión adulta del único humano de esta historia, el joven Christopher Robin. Y también está Genies, precuela de Aladdin, o Prince Charming, que revisa lo que entendemos por príncipe azul.

Y subrayando la teoría de Variety de que Hollywood le tiene pánico a la incertidumbre, Disney no está sola a la hora de relanzar sus clásicos animados. Otros estudios como Warner Bros también se han apuntado al carro, como demuestra la versión que están preparando con Andy Serkis de El libro de la selva, titulada Origins para diferenciarse de Disney. O esa otra Bella y la bestia que quería realizar Guillermo del Toro también con Emma Watson como protagonista. Por no hablar del Pinocho que desea relanzar este estudio y para el que ya se habla de una versión escrita por Paul Thomas Anderson e interpretada por Robert Downey Jr. Como dijo Branagh a este diario, a estas alturas los cuentos clásicos son como reinterpretaciones de William Shakespeare: “Y uno nunca se cansa de volver a los clásicos”.

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