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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Rock y canas

En Glastonbury hay cada vez más teclados y menos guitarras, pero nada sonó con más fuerza que The Who. Hay quien vaticina el fin de los macrofestivales

Ricardo de Querol
The Who, durante su actuación en Glastonbury 2015.
The Who, durante su actuación en Glastonbury 2015.dylan martínez (reuters)

En 1968, los Rolling Stones invitaron a ilustres colegas a su Rock and Roll Circus, disco y telefilme que se grabaría con público. En la velada estuvieron John Lennon y Eric Clapton con un potente blues o los Jethro Tull. Pero la actuación que intimidó a los mismísimos Stones fue la de los Who, tremendos con A Quick One While He's Away. Entre eso y que la cosa acabó muy de madrugada, la banda de Jagger y Richards no tuvo su noche. Y aquella sesión histórica se quedó en un cajón casi tres décadas: no se editó hasta 1996.

Hoy se aprovecha todo, y tampoco aparece nada mejor. Los Stones encabezaron el cartel de Glastonbury hace dos años; este verano The Who echaron el cierre al gran festival británico de rock. También esta vez Canal+ Xtra repasa los tres días de conciertos en una serie de cinco capítulos.

Los críticos con Glastonbury lo consideran muy mainstream. Las cinco horas de cuidada producción de la BBC lo matizan: hay de todo, también propuestas atrevidas. Y se nota el afán por abrir el abanico con pop, electrónica, soul o hip hop. Pero la apuesta por más teclados y menos guitarras sitúa ahí a figuras fuera de sitio. El rapero Kaney West sufrió una recogida de firmas contra su participación y su espectáculo resultó demasiado artificioso; el rey midas Pharrell Williams se adaptó mejor al entorno neohippy. Hubo conciertos notables (los de Florence + The Machine o Jamie T), pero nada sonó con la fuerza de los encanecidos Who. Si acaso, Patti Smith o Paul Weller, otros señores de cabelleras blancas.

La prensa ha calculado que la edad media de quienes pisan el escenario principal no para de subir: es de 43 años. Otra señal de alarma: el gran promotor de conciertos Harvey Goldsmith anuncia el fin de los macrofestivales, porque ni hay más de un puñado de bandas con tirón ni la impaciente generación iTunes consume álbumes de rock. Glastonbury resiste, pero irrita a los fieles o tira de veteranos. O las dos cosas.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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