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“Hacer comedia no es agradecido para la crítica, ni para los premios”

'Solo química', dirigida por Alfonso Albacete, se estrena este viernes

Rut de las Heras Bretín
Alfonso Albacete y Ana Fernández en el rodaje de 'Solo química'.
Alfonso Albacete y Ana Fernández en el rodaje de 'Solo química'.Teresa Isasi

Las declaraciones de amor de Alfonso Albacete (Murcia, 1963) al cine son constantes: “Lo quiero más que a mi vida. Me permite seguir viviendo y no hablo económicamente. Cuando me siento mal voy a ver una comedia”. El director de Más que amor, frenesí (1996) y de Mentiras y gordas (2009), entre otras, incluye su profesión entre sus amores junto con la familia, sus amigos... Se intuye escepticismo en lo referente al amor de pareja, aunque no lo reconoce: “¿Cómo no voy a creer en el amor si soy un enamorado de la comedia romántica? No puedo decir que no”. Este género es su terreno y en el que le interesa seguir trabajando e investigando. Le gustaría llegar a los sentimientos más profundos de espectador a través de la comedia. El hijo de la novia y Mejor imposible le sirven como ejemplo.

Este viernes llega a los cines su último filme, Solo química, una comedia romántica al uso, que sigue las pautas -muy marcadas y previsibles- de este género. La idea de esta película surgió de un episodio que vivió en el Festival de Málaga en la presentación de Mentiras y gordas. Albacete, acompañado por uno de los actores protagonistas, sufrió una persecución de las fans de este, que llegaron a golpear el coche en el que viajaban. “¿Y si se enamorarán? Un amor imposible”, pensó. De ahí surgió la chispa para Solo química,“los guionistas siempre estamos buscando estas historias”, que tras un paréntesis de seis años se estrenó en la pasada edición del festival malagueño.

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Albacete explica que no ha estado parado todo este tiempo desde Mentiras y Gordas, pero que necesitó irse fuera. “Todo a mi alrededor era muy triste, no personalmente, la situación en el país era deprimente, un poco dramática”. Pasó tiempo en Francia y en Argentina donde le dió vueltas a varios proyectos y concluyó que quería hacer algo muy positivo, reinvertarse. Entonces, retomó aquel episodio y lo ha llevado a la gran pantalla con la única pretensión de “mirar la vida con una sornrisa”, como dice el personaje interpretado por María Esteve y para demostrar que al contrario de lo que dice Carlos, uno de los protagonistas, al que encarna Alejo Sauras, el cine y el romanticismo encajan a la perfección.

Esteve y Sauras ya habían trabajado con Albacete, que se define como un director de actores. Admira profundamente esa profesión porque considera que se exponen mucho. Ha trabajado con algunos de los nombres más reconocidos del cine español: Juan Diego Botto, Emma Suarez, Cayetana Guillén Cuervo, Marta Etura ... y con algunas de las que él considera promesas como Ana Fernández, la protagonista de Solo química, papel que escribió para ella. Han tenido una muy buena conexión y repetirán juntos en el próximo proyecto de Albacete. Se precia de haber contado con José Coronado como el padre de la protagonista: “Es el mejor actor de su generación, ¡y le tengo haciendo comedia!”. Le queda alguna espina clavada, le fascinaría trabajar con Concha Velasco y le ha hecho llegar esta idea a la actriz, pero por ahora no puede asegurar nada.

Albacete se enorgullece de ensayar mucho: “En la comedia medir el tiempo es muy importante. Hay que preparar cada gag. Este género tiene su una estructura muy pautada”. El director cuida todos los detalles quiere que todo sea perfecto para que refleje ese ambiente de lujo y romanticismo que busca. “En Hollywood las actrices van a salir impecables, hacen mil tomas, eso aquí es más difícil. El tiempo está muy limitado cuando tienes solo siete semanas de rodaje”. Esos momentos de rodaje son los que recuerda el cineasta cuando pasado el tiempo vuelve a ver sus películas y siente como si mirara un álbum de fotos, cada plano le lleva a lo que estaba haciendo en ese momento.

No se podría entender la España de posguerra sin Berlanga, ni el momento actual sin 'Ocho apellidos vascos' o 'Torrente'

El director ve por lo menos una película al día y si puede ir a sala de cine, mejor. En Solo química ha pretendido homenajear a algunos de sus referentes. Está llena de guiños a Sabrina, a Woody Allen, a 500 días juntos, a Bailando bajo la lluvia, a Tarantino... Si están conseguidos esos momentos que evocan a Audrey Hepburn dirigida por Billy Wilder, o al lujo que emanan los escenarios del director de Todos dicen I love you, o al cine dentro del cinees algo que debe de juzgar el espectador.

Ante la posibilidad de salirse de salirse del formato cinematográfico o de la comedia romántica, Albacete es rotundo: “Pienso en cine”. Descarta volver a hacer series, en sus comienzos trabajó con Juan Antonio Bardem en la serie de Televisión Española Lorca, muerte de un poeta. Cuando habla de ficción televisiva vuelve a destacar el trabajo de los actores y de lo que le gustaría rescatar a algunos para el cine.

“Hacer comedia es agradecido, aunque no lo es tanto para la crítica, para los premios; pero el tiempo le acaba dando su sitio”. Sostiene que no se podría entender la España de posguerra sin Berlanga, ni el momento actual sin Ocho apellidos vascos o Torrente.

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