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Buenas maneras del mexicano Gerardo Rivera en su debut en Madrid

Diego Ventura y Leonardo Hernández triunfan en el comienzo de la feria de Santander

El mexicano Gerardo Rivera protagonizó lo más destacado ayer en Las Ventas, en la que dio una vuelta al ruedo en la tarde de su presentación en Madrid, mientras que los otros dos debutantes, Alejandro Conquero, natural de Huelva, y el colombiano Santiago Sánchez Mejía, pasaron sin decir gran cosa. Con un cuarto de entrada en los tendidos, se lidiaron novillos de Los Chospes, desiguales de hechuras y comportamiento. Los mejores, el mansito primero y, sobre todo, el cuarto, aplaudidos ambos en el arrastre. El segundo se desfondó pronto; sin clase y deslucido, el tercero; muy soso y apagado, el quinto; y manejable el sexto.

Gerardo Rivera: estocada ligeramente atravesada y seis descabellos (silencio tras aviso); y estocada y cuatro descabellos (vuelta al ruedo tras aviso).
Alejandro Conquero: dos pinchazos y bajonazo (silencio); y pinchazo y media perpendicular (silencio).
Santiago Sánchez Mejía: dos pinchazos y media pescuecera (silencio tras aviso); y pinchazo y estocada (silencio).

Tarde de monteras en mano y sueños en ciernes. La terna de novilleros actuantes hacía su debut en la primera plaza del mundo y de los tres hubo uno que sobresalió por encima del resto: el mexicano Gerardo Rivera, torero con actitud y, sobre todo, con aptitudes artísticas.

Rivera se presentó ante la afición venteña con una comprometida portagayola al novillo que abrió el festejo, que salió suelto del caballo. El torero de Apizaco banderilleó con más voluntad que acierto, y con la muleta realizó una labor ligada, mostró firmeza, aunque pecó de rapidez. Se lució al natural, por desplantes y manoletinas como fin de una faena argumentada en la disposición. La espada fue otra cosa.

A la puerta de toriles volvió a irse Rivera para recibir al cuarto, con el que, además de volver a estar en novillero, anduvo mucho más templado que en su anterior labor para firmar muletazos de muy buena ejecución por ambos pitones. Especialmente buenos fueron un par de naturales, pero todo el conjunto estuvo a notable nivel por la firmeza y seguridad que transmitió frente al novillo.

La pena fue que la estocada entera que agarró no hizo su efecto, y perdió toda posibilidad de triunfo con el verduguillo. Dio la vuelta al ruedo, con todo merecimiento, aunque le costara el disgusto a alguno de los asistentes, de esos que prefieren el vaso medio vacío.

El onubense Conquero mostró sus credenciales con tres largas de rodillas como saludo a su primer novillo en Madrid, un animal que, tras hincar dos veces los pitones en la arena y sufrir un volatín en banderillas, llegó prácticamente desgastado y rajado a la muleta, lo que propició que el debutante, que inició y finalizó faena de hinojos, no pudiera pasar de animoso. El quinto fue novillo noble y soso al cincuenta por ciento, y Conquero realizó una labor de largo metraje y poco eco.

El primero del tercer debutante, el colombiano Sánchez Mejía, fue novillo con pies de salida, que, tras una desastrosa lidia, se hizo amo y señor del ruedo. Lo más relevante del primer tercio fueron dos lopecinas de Rivera en su turno de quites, ya que el de Medellín apenas se hizo notar, como si no fuera con él la cosa. También quedó inédito en la muleta con un novillo muy deslucido, al que toreó con la voz y sin confiarse en una faena excesivamente larga y anodina. En el que cerró plaza volvió a evidenciarse la poca experiencia de Sánchez Mejía, otra vez tapado durante la lidia, aunque en la muleta dejara algún apunte aislado en un conjunto de poca trascendencia. Lo mejor, la estocada.

Santander: triunfal comienzo a caballo

Tarde amable de rejoneo para abrir la feria de Santander, con doble triunfo de Diego Ventura, que tiró de efectos especiales, y Leonardo Hernández, que apostó por un toreo a caballo académico. Con casi lleno en los tendidos, se lidiaron toros de Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez, reglamentariamente despuntados, nobles y colaboradores, a pesar de faltarles empuje y casta. El sexto ofreció las arrancadas más vibrantes, sobre todo en la primera mitad de su lidia.

Fermín Bohórquez: rejón trasero (silencio); y pinchazo, dos medios rejones y cuatro descabellos (división de opiniones tras aviso); Diego Ventura: rejón y descabello (oreja); y pinchazo y rejón (dos orejas), y Leonardo Hernández: pinchazo y rejón caído con derrame de efecto fulminante (ovación); y rejón fulminante (dos orejas).

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