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Fernando Robleño corta la única oreja de la feria torista de Ceret

Las tres corridas del ciclo francés han contado con la masiva asistencia de los aficionados

El diestro Fernando Robleño cortó la primera y última oreja de la feria taurina de Ceret (Francia), un festejo en el que Luis Miguel Encabo y Diego Urdiales estuvieron por encima de sus lotes. Finalizó así el ciclo de tres corridas en este bastión torista del país vecino, que ha contado con la asistencia masiva de los aficionados, aunque el balance artístico ha sido muy escaso en trofeos.

Con lleno en los tendidos, se lidiaron toros de Adolfo Martín, nobles pero con poca transmisión. Luis Miguel Encabo, ovación y ovación; Diego Urdiales, división de opiniones y palmas tras aviso, y Fernando Robleño, palmas y oreja tras aviso.

El primer toro de Encabo se desplazó bien, humilló y siguió las telas con codicia antes de tomar una primera vara en bravo. El toro tardeó mucho en la muleta, pero cada vez que la encontró en su hocico la tomó con claridad y clase por ambos pitones.

Después de una primera parte de faena a base de muletazos largos pero sin continuidad, Encabo apostó por un cambio táctico: sustituyó el bamboleo inicial (forma habitual de enganchar a los toros de este encaste con los vuelos de la muleta) por unos toques más fuertes, y así, el toro más obligado, respondió mejor. Surgieron entonces tandas mejor ligadas, y de no haber caído baja la espada hubiera cortado oreja. Su segundo, fuerte y cornipaso, se dejó torear. Hubo muletazos muy buenos pero faltó más ligazón para compensar la sosa embestida del animal.

El primero de Urdiales, de gran trapío, no se empleó en el capote, pero fue bravo en los tres puyazos que tomó. En la muleta, el astado desarrolló sentido ya en las probaturas del torero, cuyo mérito fue robarle un par de derechazos de buen trazo después de dos coladas. A la tercera optó por abreviar.

El quinto tuvo buen fondo, pero poco celo. El mérito de Urdiales fue embeberlo por el pitón izquierdo, donde surgieron los mejores momentos de una faena muy trabajada que no pareció convencer al exigente público ceretano.

El primero de Robleño, muy en tipo y reseñado previamente para la encerrona de Fandiño en Madrid, se estrelló contra un burladero y se rompió un pitón por la cepa. Fue una lástima a la vista de las cualidades de bravura que evidenció.

El sobrero, de más peso, se desplazó de forma brusca. Fue bruto en el caballo, sin emplearse, y metiéndose por el pitón derecho en el capote de Raúl Ruiz. Robleño lo desengañó antes de meterlo en su muleta por ese pitón, tirando mucho de él para ligar tandas meritorias. Al final, el toro desarrolló lo que tenía guardado, y Robleño lo despachó de gran estocada.

El que cerró la feria era hermano del toro al que Perera le cortó las orejas el año pasado en Madrid, pero no tuvo las mismas virtudes. Fue noble, pero le faltó entregarse de verdad. Robleño sí lo hizo en todo momento y consiguió destellos de toreo bueno en una faena larga culminada por una gran estocada justo cuando tocaba el aviso. Finiquitó su labor con dos golpes de descabello y le concedieron justamente una oreja. La primera de la feria y la última.

Por la mañana, se celebró otra corrida en la que los diestros Sánchez Vara y Pérez Mota dieron cada uno una vuelta al ruedo tras sendas a faenas a dos buenos toros de Juan Luis Fraile.

También con lleno en los tendidos, se lidiaron toros de Juan Luis Fraile, el cuarto como sobrero, bien presentados, bravos en conjunto en el caballo y de juego variado.

El resultado artístico fue el siguiente: Sánchez Vara, vuelta al ruedo tras aviso y palmas; Pérez Mota, vuelta al ruedo tras aviso y palmas; y César Valencia, silencio tras dos avisos y silencio tras dos avisos.

Triunfal alternativa de Jesús Fernández

El torero catalán Jesús Fernández cortó cuatro orejas en la rotunda tarde de su alternativa como matador de toros en Las Navas del Marqués (Ávila), y salió a hombros junto a César Jiménez, que logró un apéndice de cada toro de su lote.

Con dos tercios de entrada, se lidiaron toros de Sánchez Urbina, bien presentados, nobles y manejables, a excepción del deslucido quinto.

César Jiménez, oreja y oreja; Manuel Escribano, ovación y silencio, y Jesús Fernández, que tomaba la alternativa, dos orejas y dos orejas.

Los hermanos Rivera, en Estepona

Los hermanos Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez salieron triunfadores de la plaza de toros malagueña de Estepona, en la primera vez que se anunciaban juntos tras la reaparición de ambos, esta misma temporada, en un festejo en el que también salió a hombros Javier Jiménez.

La plaza solo se cubrió a la mitad, y se lidiaron seis toros de Murube, discretos de presentación, nobles, bajos de raza y justos también de fuerzas.

Francisco Rivera Ordóñez , oreja y oreja; Cayetano Rivera, oreja tras aviso y dos orejas, y Javier Jiménez, ovación y dos orejas.

Golpe de autoridad de Roca Rey

El novillero peruano Andrés Roca Rey dio un golpe de autoridad en el festejo celebrado en la ciudad francesa de Tarascon, donde cortó seis orejas en una tarde en la que el galo Lilian Ferrani resultó cogido.

Con tres cuartos de entrada, se lidiaron novillos de Pagés-Mailhan, bien presentados y de variado comportamiento.

Lilian Ferrani, oreja en el único que mató; Andrés Roca Rey, dos orejas, dos orejas en el que mató por Ferrani y dos orejas, y Joaquín Galdós, oreja y vuelta.

En la enfermería fue atendido Ferrani de un fuerte golpe en el tórax, propinado por el cuarto novillo. Fue trasladado al hospital de Nimes para un estudio médico en profundidad.

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