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Goiânia, el trampolín de Cristiano Araújo

La ciudad del interior de Brasil es la capital del sertanejo, el género country nacional que ha tomado fuerza en el centroeste del país

Felipe Betim
La dupla Dyogo y Deluca, en Goiânia.
La dupla Dyogo y Deluca, en Goiânia.F. Betim

La ciudad de Goiânia hierve. Son las once de la noche de un jueves y el famoso sector Marista, un barrio central de esta ciudad del interior de Brasil, es un hormiguero de personas. Todas están vestidas de modo im-pe-ca-ble para disfrutar de la noche en esta zona de bares, pubs y discotecas comparable a partes céntricas de São Paulo o Río de Janeiro. La diferencia fundamental es que se escucha solo un tipo de música: sertanejo, el genero country nacional. Y en directo.

Esta ciudad, capital del Estado de Goiás, en el centro oeste de Brasil, es también la capital sertaneja y parada obligatoria para los artistas que quieren tener éxito con este género. “Si agitas un árbol, se caen unos 10 cantantes de música sertaneja”, dicen los que allí viven. Prácticamente todos los grandes artistas de este estilo estuvieron en la ciudad en algún momento de su vida.

La noche del jueves, los artistas Dyogo y Deluca dirigen el espectáculo en el escenario principal del Valley Pub. Cantan, bailan, saltan sin desafinar ni deshacerse el tupé. Durante horas. Hace tres años, esta pareja musical decidió que era hora de hacer las maletas y cambiar de ciudad. Nacieron en Araguari, en el interior del Estado de Minas Gerais, y querían darle un impulso a su carrera. Eligieron Goiânia, su destino natural.

Cristiano Araújo también pasó por aquí para hacerse famoso a nivel nacional. La muerte del cantante, víctima de un accidente de coche el pasado miércoles a los 29 años, causó una conmoción que sorprendió a millones de brasileños. El artista –un fenómeno no solo en Goiânia, ciudad donde vivió toda su vida, sino en toda la región centro sur de Brasil– forma parte de una generación de artistas que impulsaron el sertanejo los últimos 10 años. “Es una ola que crece desde hace mucho tiempo”, explica Marcus Vinícius Castro, director de marketing de Audiomix, la principal empresa de Brasil de representación de músicos sertanejos.

Si antes el género estaba relacionado al contexto rural del centro oeste brasileño, con letras y un lenguaje típicos del interior, hoy está más cerca de los jóvenes y con un vocabulario cada vez más urbano. “Se trata del estilo más escuchado y más vendido hoy en todo el país. Y tiene algo muy peculiar: se mezcla con otros estilos con mucha facilidad, pero sin perder la venasertaneja”, añade Castro. Hace cinco años, explica, finalmente empezó a tener éxito en capitales como Porto Alegre, Florianópolis, Belo Horizonte y São Paulo. En el ránking de la revista Billboard de canciones más escuchadas de la radio brasileña, las 20 primeras son de artistas sertanejos. Y la música traspasó fronteras con el éxito mundial de la canción Ai se eu te pego, de Michel Teló.

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A pesar de este boom, Goiânia, que integra una de las regiones que más creció en los últimos años con la expansión de la agricultura brasileña, sigue siendo el principal escenario. Caminar por la ciudad supone escuchar constantemente la música que sale de bares y restaurantes, de las radios de los coches y de la voz de sus ciudadanos, que parecen estar siempre canturreando.

En los bares del sector Marista, los jóvenes artistas han cambiado las botas de cuero por zapatillas, el sombrero de cowboy por un tupé, el vaquero y la camisa de cuadros por una camiseta y pantalones apretados, y el acordeón por un piano eléctrico. Los establecimientos son grandes y tan caros como los de São Paulo o Río. En el Valley Pub, donde cantaban Dyogo y Deluca, los hombres tienen que pagar unos 20 dólares solo para entrar (las mujeres pagan 10). Decorado con enormes lámparas y cortinas rojas, sombreros y fotografías en las paredes, este bar recibe en su escenario central sobre todo a los artistas en ascensión, que cantan para un público joven, urbano y de clase media-alta. La economía del Estado de Goiás crece hasta cinco veces más que la nacional debido al boom de la agricultura, así que hay más dinero circulando. “En los últimos años, estas familias del interior han mejorado mucho sus vidas. Pueden acudir a conciertos, ferias, eventos…”, explica Castro, de Audiomix.

El camino hacia el éxito

El sertanejo se ha vuelto más pop y, cuanto más pop, más personas quieren aventurarse en él. Pero ¿cómo lograr el tan esperado éxito?

En Goiânia funciona así: el cantante (o la pareja artística, muy común) tiene que buscar su espacio en pequeños bares y restaurantes del sector Marista, centro efervescente del sertanejo. “Cuando llegamos, estuvimos unos tres meses sin cantar hasta lograr nuestro espacio en el antiguo bar Jatobá”, explica Deluca.

A este barrio van los artistas ya consagrados y los empresarios de la música. El objetivo es exhibirse al máximo, lograr cada vez más seguidores y empezar a cantar también en pueblos del interior, algunos de los cuales son incluso más ricos que la capital. El paso siguiente es empezar a publicar nuevas canciones en internet y en la radio. A partir de ahí, intentar ganar el país. Dyogo y Deluca ya se encuentran en esta fase. “Ya hemos grabado tres discos y cinco canciones han sido un éxito tremendo. Hicimos una gira por Europa el año pasado y estamos muy contentos con la aceptación del público”, cuenta Dyogo.

Otros artistas, como el joven Gabriel Victor, de 18 años, aún están empezado. Cuando tenía 9, su abuelo le enseñó a tocar la guitarra acústica y cantar. Pero hasta hace poco no tenía la intención de seguir la carrera artística. “Siempre me pedían que me presentara en la escuela, pero lo rechazaba porque era muy tímido. Hasta que, con 16 años, participé en un evento cultural. Hubo una energía muy positiva, todo el mundo gritaba… Cosas que hasta entonces nunca había visto pasar conmigo”, cuenta. Hoy, presenta su grave voz en bares del sector Marista y en pueblos de interior de Goiás. “Quiero estudiar una carrera, pero estoy muy enfocado en mi música ahora, para mejorar mi trabajo y ser reconocido nacionalmente. Quiero vivir del sertanejo y creo que hoy tenemos más oportunidades”.

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Sobre la firma

Felipe Betim
Nacido en Río de Janeiro, ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Escribe sobre política, temas sociales y derechos humanos entre otros asuntos. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la PUC-Río y Máster de periodismo de EL PAÍS/Universidad Autónoma de Madrid.

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