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CRÍTICAS / LIBROS

¿Estás seguro de ser tú mismo?

Pediatra vocacional, médico humanista, Antonio Garrido se autoimpuso la tarea de evitar los intercambios de recién nacidos en los hospitales

“El día 18 de enero de 1973, en el hospital de El Pino en Las Palmas de Gran Canaria, nacieron dos gemelas que fueron introducidas en incubadoras en el nido, donde ya había otra niña. Al alta, una de las mellizas se le entregó a la madre que había dado a luz a la otra recién nacida, y su hija se unió a la otra melliza. Y así vivieron durante 28 años, hasta que por casualidad una dependienta en una tienda local, cuando vio entrar a la otra melliza, que no la saludó, no salió de su asombro. Propició una entrevista entre las dos, descubriéndose el cambiazo”. Se trata solo de uno de los infinitos casos que documenta el doctor Antonio Garrido-Lestache en su monumental La identidad del ser humano. Errores, falsificaciones y garantías de identificación a lo largo de la historia. Pediatra vocacional, este médico humanista se autoimpuso la tarea de evitar los intercambios de recién nacidos en los hospitales.

En España y desde las fechas más remotas, pero también en Estados Unidos, Australia, Brasil, Argentina, Francia o incluso en las rigurosas, ordenadas y sistemáticas Suiza y Alemania, se han producido errores en la identificación del recién nacido. En esta última, cada año unos 40.000 padres alemanes piden pruebas de paternidad con el resultado de que entre el 5% y el 10% de los niños son denominados cuco, por los pájaros que ponen sus huevos en nido ajeno. Pero la investigación no acaba en los errores del intercambio de recién nacidos. El autor también trata sobre la identidad voluntariamente falsificada y la ilustra con casos como el de intercambio de sexos por otros motivos: como el de cadáveres para evitar profanaciones; el de ajusticiables para librarse de la horca; en los campos de prisioneros; en la diplomacia; en la Argentina de la dictadura militar; en la nobleza; por catástrofes naturales; en el cine y el teatro, y muchas causas más. Porque un error o una falsificación en la identidad de una persona trunca todos los derechos inherentes a la personalidad.

Durante el último cuarto del siglo XX, este pediatra se propuso defender ante la comunidad científica la necesidad de hacer realidad el sueño de un documento nacional de identidad infantil. Con ayuda de tinta especial, papel adecuado, lupa de seis a ocho aumentos y un minucioso estudio pediátrico, logró la primera impresión dactilar de un recién nacido en 1990. A continuación, divulgó por España y el resto del mundo la viabilidad del DNI infantil, al tiempo que denunciaba, en la ONU, el desamparo del niño en su registro e identificación. La resolución 44/25 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó, el 20 de noviembre de 1989 y a instancia suya, la Convención de los Derechos del Niño. Entró en vigor el 2 de septiembre de 1990 y fue ratificada por el Congreso de los Diputados en enero de 1991, por lo que se convirtió en ley interna del Estado español.

La identidad del ser humano. Antonio Garrido-Lestache. Memoralia. Madrid, 2015. 688 páginas. 24 euros.

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