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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Informativos

Tres años después de aquel decreto ley que modificaba el sistema de elección del presidente de RTVE se puede comprobar el grado de credibilidad del ente público

Ángel S. Harguindey
Pedro Piqueras, conductor de Informativos Telecinco 21.00
Pedro Piqueras, conductor de Informativos Telecinco 21.00

El 20 de abril de 2012, se publicaba que el Gobierno del PP cambiaba mediante un decreto ley el sistema de elección del presidente de RTVE. Los nombramientos seguirían correspondiendo al Parlamento, pero ya no sería necesaria una mayoría de dos tercios, sino que bastaría una mayoría absoluta. El PP no tendría ya necesidad de pactar con ningún grupo. Se nombraron nuevos responsables del ente, quienes a su vez nombraron nuevos responsables de áreas y laminaron a los que estaban. En octubre de 2014, se cambió de nuevo al presidente, quien a su vez cambió al responsable de los informativos. Adiós, Somoano; ¡hola, Álvarez Gundín!, un cambio inexplicado e inexplicable, pues se iba un hombre de Telemadrid y llegaba otro de La Razón. Hay que hilar muy fino para descubrir los cambios de contenido.

Tres años largos después de aquel decreto ley tan confortable para el Gobierno se puede comprobar el grado de credibilidad del ente público. Las cifras de audiencia de los informativos del pasado lunes son demoledoras. Sobremesa: Informativos Telecinco 15h, 2.035.000 espectadores; Antena 3 Noticias 1, 1.890.000, y Telediario 1: 1.824.000. Es decir, TVE ocupa el tercer lugar. En el prime time, Informativos Telecinco ocupa la primera plaza con 2.628.000 espectadores; Antena 3 mantiene el segundo puesto con 1.967.000 y el Telediario 2, con sus 1.560.000 televidentes, se lleva la medalla de bronce. En la franja matinal solo hay tres televisiones generalistas que ofrecen servicios informativos: el telediario matinal de La 1 ocupa el tercer lugar, por detrás de Telecinco y Antena 3.

El ente cerró el año 2014 con 132.963.000 euros de pérdidas, unos 20 millones más que en los dos años anteriores. Ningún problema: el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas aportará un crédito extraordinario de 133 millones de euros para que cierre el ejercicio con un equilibrio en sus cuentas. Aquí paz y después gloria.

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